Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar

Hace bastantes años leí las Novelas Orientales de Marguerite Yourcenar, y su forma de escribir me maravilló. Y ahora he podido leer uno de sus libros más conocidos, Memorias de Adriano.

Resumen: El ya envejecido emperador Adriano cuenta su vida bajo la forma de cartas dirigidas a su hijo adoptivo y heredero, Marco Aurelio.

Opinion: La Roma imperial siempre me ha interesado como período histórico. Sus costumbres, su religión, además de su política y sociedad, me suscitan curiosidad ya que eran una sociedad "avanzada" y culta y, durante un tiempo, dominaron el mundo occidental.

En sus cartas Adriano cuenta su vida desde su niñez en España, pasando por su juventud en el ejército, tomando parte en las campañas de Trajano, hasta su vejez en su villa apartada de Roma. 

Pero esta novela epistolar hace más que describir los sucesos que marcaron la vida del emperador. De hecho, poco se puede asimilar a una novela histórica, en que los eventos tienen tanta importancia y son tan largamente descritos. En cambio, vemos la parte personal de Adriano, su propia historia, que está irremediablemente mezclada con la Historia. 

Pero me estoy desviando, lo que quería decir es que además las cartas de Adriano son una observación de la sociedad romana. A través de él obtenemos información sobre el matrimonio, la educación, las costumbres, el arte y literatura del siglo II. Adriano es un hombre extremadamente cultivado, por lo que se ven desfilar muchos autores clásicos – romanos y griegos – por éstas páginas. Además, Adriano no se queda en la mera descripción, si no que comenta, como hombre de su tiempo, lo que ve y reflexiona sobre el futuro. 

También es un testigo de primera mano de los eventos políticos que sucedieron durante esta época. En su juventud vivió bajo el imperio de Trajano, estando bajo sus órdenes y luchando en sus campañas en Oriente. Así pues, Adriano nos ofrece su visión de él como emperador, pero también como persona, con sus debilidades y lejos de la figura divina que se le otorgaba a los emperadores romanos. De hecho, en las cartas obtenemos un conciso análisis de los personajes con quiénes se va encontrando en los distintos momentos de su vida. Quizás lo más sorprendete es que Adriano intenta no juzgar a estas personas, aunque esté en desacuerdo con ellas. 

Lo que ocupa una parte más importante del libro es su época como emperador. En ella vemos sus ideales, sus proyectos para Roma y el imperio, las reglas que quería seguir, pero también las dificultades a las que se confrontó, las decisiones que tuvo que tomar – no siempre acertadas – y los problemas éticos y morales a los que se enfrentó. Cómo he dicho antes, las intrigas de palacio no tienen, en absoluto, un papale importante.

Entonces, ¿qué tiene un papel importante? Lo principal, que quizás ya habréis adivinado, es su vida más personal, lo que se confunde con su vida como emperador. Adriano quiere ser absolutamente sincero con Marco Aurelio, su heredero, así que también le hace parte de lo que fue su vida íntima. Así pues da cuenta de sus amistades y relaciones sentimentales que mantuvo a lo largo de su vida. Esto es lo que nos permite darnos cuenta de que, no sólo Adriano era un hombre como el resto, si no que también era alguien extraordinario. Es un hombre que cuenta que ha amado sin ninguna vergüenza, porque no se puede arrepentir de haber vivido. 

Una gran parte de las cartas toman forma de reflexiones sobre la vida, y cómo vivir y morir. Adriano a intentado vivir según sus principios, disfrutando de todo momento, encontrando la belleza de la vida a través de sus sentidos y emociones.

En conclusión, Memorias de Adriano es la "biografía" que no encontraréis en Wikipedia ni en los manuales. Es un libro bello, con un lenguaje extremadamente cuidado y poético. Es un libro que hay que leer sin prisas para que la belleza de sus palabras, y las reflexiones que contiene, puedan que transmite nostalgia y melancolía pero también las ganas de vivir la vida plenamente, con tolerancia y sin complejos, poniendo las menores trabas a nuestra felicidad.