Siempre he tenido interés por conocer la literatura de otros países. Además, suelo descuidar bastante la literatura actual, así que Una Casa en Brandenburgo de Jenny Erpenbeck me pareció una oportunidad perfecta para solucionar esto.
Sinopsis: Se trata de la vida de las diversas personas que van habitando una casa en los alrededores de Brandenburgo, y del jardinero que está siempre presente, a través de todo el siglo XX.
Opinión:
Es un libro un tanto difícil de reseñar ya que es muy diferente a las novelas a las que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados, al menos en mi opinión.
La estructura se divide en capítulos, cada uno con un narrador distinto, alternándolos con capítulos narrados por el Jardinero, el único personaje que permanece a lo largo de la novela. Asimismo, cada personaje simboliza una época de la Historia de Alemania. Empiezan con principios de siglo, luego el auge del nazismo, la Segunda Guerra Mundial, hasta llegar a la caída del muro y la reunificación Alemana. Pero no os llevéis la impresión equivocada, éste no es un libro histórico, en absoluto. De hecho, el marco temporal no es más que un contexto, muy leve, más o menos perceptible según los personajes. Y de todas formas, se trata de una visión "personal" de la Historia, de cómo los eventos influyen en la vida de los personajes.
La narración de los personajes casi a modo de hilo de pensamiento, algo bastante desestructurado, con un amplio uso de los flash-backs, y demás. Pero, aunque tengan apariciones breves, cada personaje está profundamente estudiado y debidamente desarrollado. Cada uno es una entidad única, no un símbolo de la época en la que vive, sino un indivíduo que la sufre.
Por esto, hay que hacer una lectura muy atenta de la novela. En efecto, a lo largo de ésta encontramos repeticiones, ecos, porque todo lleva una visión "cíclica" del mundo. Hay un amplio estudio de las tradiciones a lo largo de las épocas, empezando por la ceremonia matrimonial hasta el procedimiento adecuado para echar abajo un edificio. De hecho, es increíble como la autora sabe transmitir emociones tan fuertes describiendo cosas tan neutras, de verdad que nunca pensé que me entraría tristeza y escalofríos al leer sobre el protocolo que deben seguir los albañiles. Como he dicho antes, todo lleva al hecho de la alta alteración que sufren las vidas humanas, lo inconstantes que son, incluso sus tradiciones no perduran mucho tiempo, ni los edificios que construyen.
En efecto, a lo largo de la novela la autora plantea la oposición entre la naturaleza y el ser humano. Los humanos, e incluso su Historia, son siempre cambiantes, mientras que la naturaleza resta inalterable, sobretodo a ojos de los humanos, cuya corta vida les impide ser testigos de los lentos pero incesantes cambios que se van gestando. Hasta ahora he dicho que los personajes representan a los "humanos", pues bien, el Jardinero se erige como una especie de representante de la naturaleza. Es el único que sobrevive a todos los cambios, que va cuidando y moldeando el jardín respecto a estos.
Finalmente, libro muy original y complejo tanto en forma como en fondo. Vale realmente la pena leerlo y, al ser bastante corto (unas 250 páginas), hay que estar totalmente alerta, porque encontramos muchas correspondencias en él.