Suelo seguir las recomendaciones de GoodReads y de sus usuarios. Uno de ellos me recomendó, dada mi afición por la ficción histórica, la saga Matthew Shardlake escrita por C. J. Sansom, cuyo primer volumen es Dissolution.
El primer libro se sitúa en la Inglaterra de Enrique VIII, después de la muerte de su tercera esposa, Jane Seymour, y durante el 'reinado' de Thomas Cromwell, el digamos Primer Ministro de la época. Tuve ganas de leer este libro como primer contacto con ésta época, ya que éste verano también tengo la intención de leer Wolf Hall (En la Corte del Lobo) de Hilary Mantel, que también transcurre en ésta época.
El protagonista de esta serie de novelas es, sorpresa sorpresa, Matthew Shardlake, un abogado que lleva trabajando unos años para Cromwell. Su particularidad es que es jorobado.
Al principio de la novela Cromwell le encarga que vaya a investigar el asesinato de un comisario del rey en el monasterio del pequeño pueblo de Scaransea – la verdad es que ahora no recuerdo muy bien el nombre del pueblo. Sin saber lo que le espera, y estando radicalmente a favor de la Reforma, Matthew, junto a su ayudante Mark, viaja hacia allí.
La novela tiene todos los elementos de una entretenida novela de misterio. El entorno es bastante lúgubre, un monasterio en un pueblo alejado del mundo, en pleno invierno y con un temporal que les puede dejar aislados en cualquier momento. Además, el bueno de Matthew está rodeado de monjes – algunos bastante locos, pero en todo caso cada uno de ellos parece tener algo que esconder. Y, sin duda, todos tienen motivos para querer la muerte del comisario. En efecto, para llenar sus arcas el rey Enrique decretó la disolución de todos los monasterios, abadías y demás, de Inglaterra para confiscar sus tesoros y tierras, poniendo fin a la vida apacible de los monjes.
Pero realmente la trama fue lo que menos me gustó. Seguía el esquema de cualquier best-seller que te encuentras en las 'librerías' de los aeropuertos y que lees para pasar el tiempo. Al menos en mi caso, a menos de la mitad del libro ya adiviné quién era el culpable, y mira que normalmente soy muy resolviendo misterios. Además, los personajes son totalmente planos, sin ningún tipo de profundidad. Lo único que se puede decir en su favor es la lucha interna en el personaje de Matthew Shardlake cuando sus ideas sobre lo que es la Reforma de Cromwell y la cruda realidad de enfrentan.
James Frain como Thomas Cromwell en la serie Los Tudor. |
De hecho, lo mejor del libro es el muy logrado ambiente, la precisión histórica y esos detalles que te hacen comprender una época. A parte de detalles en los usos y costumbres de Londres y de la corte real, el libro te adentra en el periodo de la Reforma, cuando se fundó el 'anglicanismo' y el rey se
convirtió en el jefe de la Iglesia, no sometiéndose a la autoridad pontífice. Y esto fue una decisión que se tomó desde el trono, obligando a toda la población a desechar sus tradicionales creencias y abrazar ésta fe, que la Iglesia Católica ha etiquetado como hereje. Y por lo tanto habrá que emplear la fuerza para que se mantenga la cohesión social.
El único punto fuerte del libro es que no parece tomar partido por ninguno de los lados – ni el de Cromwell ni el de los católicos rebeldes. Por una parte expone los abusos de la Iglesia, su hipocresía y su falta de cumplimiento de sus propias normas, y por otra la violencia con la que Cromwell intenta hacer prevaler éstas nuevas leyes, gracias a las cuales una parte de los nobles podrá enriquecerse aún más acumulando tierras.
En conclusión, y siento que la reseña sea tan corta pero es que realmente no hay mucho que decir, creo que Dissolution es la novela ideal para llevar a la playa. Tiene una trama bastante sencilla, en un paisaje frío y desolado, ambientada en un turbulento momento de la Historia, y que engancha bastante. Más allá de esto no se le puede pedir.