En cuanto vi que daban esta película en el Público ya la descarté de por sí por su portada y su subtítulo: "Una verdadera historia de sexo, drogas y rock 'n roll". Sin embargo, me insitieron mucho en que la viese y lo hice.
El título como la portada pueden llevar a tener ciertos prejuicios sobre la calidad o naturaleza de la película que han de desmentirse. Ante todo, y tal como dice Tony Wilson - el protagonista- esta es una historia sobre la música. Más concretamente, sobre el moviemiento punk durante el final de los '70 y principios de los '80 en la ciudad inglesa de Manchester. Aparecen en revista los inicios de Joy Division y Happy Monndays -entre otros- gracias al hilo conductor de Tony Wilson (Steve Coogan, La vuelta al mundo en 80 días), un periodista que decide montar una discográfica -Factory Records- y una discoteca -La Hacienda- para ayudar a jóvenes grupos de música.
La película es un pseudo-documental ya que Tony Wilson nos narra los hechos, además de algunas reflexiones, y se gira en algunas ocasiones hacia la cámara y habla directamente a los espectadores.
Aunque hayan algunos sucesos dramáticos - como el suicidio de Ian Curtis- se puede decir que tiene algunos pasaje muy cómicos sin que eso le impida retratar el ambiente de aquellos años con total realismo.
Si bien salta a la vista que iban algo cortos de presupuesto -sobretodo en lo que se refiere a la calidad de la grabación-, eso no les impide tener buenos actores como Steve Coogan o de combinar fantásticamente las escenas con la banda sonora- también básicamente compuesta por punk y glam de la época.
Es una película entretenida, con algunas reflexiones profundas, que se hace muy amena. Sin duda la recomiendo a todos a los que les guste la música, el punk en particular, o a los que les interese los movimientos y el ambiente musical de aquellas décadas.
El título como la portada pueden llevar a tener ciertos prejuicios sobre la calidad o naturaleza de la película que han de desmentirse. Ante todo, y tal como dice Tony Wilson - el protagonista- esta es una historia sobre la música. Más concretamente, sobre el moviemiento punk durante el final de los '70 y principios de los '80 en la ciudad inglesa de Manchester. Aparecen en revista los inicios de Joy Division y Happy Monndays -entre otros- gracias al hilo conductor de Tony Wilson (Steve Coogan, La vuelta al mundo en 80 días), un periodista que decide montar una discográfica -Factory Records- y una discoteca -La Hacienda- para ayudar a jóvenes grupos de música.
La película es un pseudo-documental ya que Tony Wilson nos narra los hechos, además de algunas reflexiones, y se gira en algunas ocasiones hacia la cámara y habla directamente a los espectadores.
Aunque hayan algunos sucesos dramáticos - como el suicidio de Ian Curtis- se puede decir que tiene algunos pasaje muy cómicos sin que eso le impida retratar el ambiente de aquellos años con total realismo.
Si bien salta a la vista que iban algo cortos de presupuesto -sobretodo en lo que se refiere a la calidad de la grabación-, eso no les impide tener buenos actores como Steve Coogan o de combinar fantásticamente las escenas con la banda sonora- también básicamente compuesta por punk y glam de la época.
Es una película entretenida, con algunas reflexiones profundas, que se hace muy amena. Sin duda la recomiendo a todos a los que les guste la música, el punk en particular, o a los que les interese los movimientos y el ambiente musical de aquellas décadas.