No mentiría si dijese que básicamente leo literatura anglosajona y francófona, pero soy muy consciente de que en parte esto es debido a que la mayoría de inputs que recibo desde aquí son básicamente de este tipo de novelas, que suelen tener más cobertura mediática y en las redes sociales. Por eso me alegro cuando me recomiendan libros provenientes de otros países menos típicos. Y una de estas recomendaciones fue La puerta de Magda Szabó.
No es una novela 'normal'. Es decir, sí, está estructurada en capítulos y cuenta una especie de historia, pero me refiero a que, en este caso, la autora se pone también el vestido de protagonista. En efecto, La puerta trata de la relación que construye la autora con Emerence. Sería algo impreciso decir que era la mujer de la limpieza porque, aunque se conocieran así, poco a poco ella acabaría ocupando un lugar cada vez más importante en su vida (y en la de su marido).
La trama se desarrolla a lo largo de unas dos décadas, en la capital de Hungría, Budapest, donde vive la protagonista. Aunque hay ciertas referencias al clima político – o a lo que ocurrió en el país durante la Segunda Guerra Mundial –, no es en absoluto una novela histórica y el marco temporal es completamente irrelevante. Como he dicho antes, se trata de la historia de una relación.
A lo largo de todo el libro se me ha hecho muy difícil comprender como dos personas tan distintas como la narradora y Emerence pueden acabar siendo tan cercanas – aunque tengan unas peleas terribles de forma recurrente. Es algo inexplicable, una química que las palabras no pueden captar, pero que ahí está.
La protagonista es una escritora de mediana edad que está acostumbrada a ser simpática con todo el mundo y que éste le corresponda. Por esto su personalidad enseguida choca con la de Emerence, una persona extremadamente reservada y brusca, pero que a la vez puede hacer increíbles actos de amor y devoción de forma totalmente desinteresada. Su forma de ser y su obsesión con no revelar ningún detalle sobre su vida privada o su pasado hace que la protagonista tenga cada vez más ganas de poder capturar cualquier pista, cualquier información procedente de ella, cosa que hará a lo largo de la novela.
En cuanto a Emerence, creo que es imposible describir a un personaje así, se tiene que leer. Tiene un comportamiento que, a primera vista, parece casi bipolar, pero que, cuando la autora empieza a adentrarse en la complejidad de su personalidad y, en especial, en su modo de ver las cosas, no es más que alguien muy coherente con sus principios – aunque estos puedan chocar con lo que los de la mayoría de la gente. En todo caso, ella es alguien extremadamente inteligente, que rápidamente entiende las cosas, y no sólo eso, con también gran velocidad llega a captar perfectamente el carácter de la gente que la rodea.
La 'trama' en sí no engancha, el estilo de la escritora tampoco me ha dejado una impresión muy marcada. Pero me ha gustado mucho como ha mostrado el impulso egoísta que tenemos la mayoría por desvelar todo cuanto podamos acerca de alguien. Y no sólo eso, nuestra necesidad de poner por encima de lo que pueden sentir los demás nuestra propia definición de lo que está bien y lo que no, y lo que se debe hacer acorde a ello.
En conclusión, ha estado bien leer este libro, pero tampoco puedo decir que me haya entusiasmado. Está bien escrito, tiene buenos personajes (la palabra 'bien' y sus derivados se están repitiendo demasiado) y es algo diferente, de una lengua diferente, así que seguro que he ganado algo con la lectura!