Siguiendo mi afán por leer libros de Irène Némirovsky – de momento nunca me ha decepcionado – hace poco me aventuré con Los perros y los lobos.
Resumen: La novela nos cuenta la historia de Ada y Harry, dos judíos que viven en Ucraína y que más tarde emigran a París. Sus vidas se cruzan en varios momentos y, fatalmente atraídos el uno por el otro, se embarcan en una insensata historia de amor.
Opinión:
Los perros y los lobos es una novela que se lee rápidamente (tiene menos de 250 páginas) pero no por ello es amena. Inspirándose en su propia vida, la autora nos describe la vida de una familia judía en dificultades en Europa oriental. Todo ello a través de los ojos de una niña. Es fascinante lo bien que logra recrear la conciencia, el sentido de realidad que tiene un niño (muy lejos y superior a cualquier comparación posible con El niño del pijama de rayas). Y sin embargo, la gravedad de lo que ocurre no disminuye, si no al contrario.
En el resto de la novela, cuando Ada ya es adulta, nos adentra en el dolor del exilio, el peso y el rechazo de una sociedad aún muy reacia y llena de prejuicios frente a los extranjeros. Esta es sin duda una de las partes más interesante de la novela. A través de los personajes nos va describiendo el ambiente de la época, la xenofobia latente, aunque nunca admitida, que existía (y aún existe) en la sociedad, tanto en las clases más humildes como en las más ricas.
De hecho, todos los personajes que aparecen en la obra son muy interesantes, están muy bien desarrollados – en la medida de lo posible– y ofrecen otra sutileza más a la atmósfera que crea Némirovsky. Los que vale la pena resaltar son Ada, la protagonista, eterna niña que se aferra a un amor creado por ella, Harry, un chico criado entre abundancia que aún así tiene problemas integrándose; y finalment la tía Rhaissa y Ben. Los dos últimos son retratos muy duros y realistas de personas que están hechas para sobrevivir.
Finalmente, aunque la novela no sea el colmo de la alegría y la felicidad, debo decir que me sorprendió el final. La evolución súbita, aunque no por eso menos creíble, de Ada, que pasa de vivir por sus sueños a amar la vida por lo que tiene, da un toque optimista a la historia que realmente me encantó.
Recomiendo el libro a cualquier amante de la buena literatura – la maestría de Nemirovsky a la hora de crear personajes y hacerlos completamente humanos es digna de elogio – y que le interese el tema de la exclusión social y la inmigración (tanto antes como ahora), es decir en cuestiones sociales en general. Yo lo leí sin saber esto último y aún así disfruté mucho de la lectura.