Podría pasar una semana y aún no habría gastado todos los halagos que tengo en la recámara para la BBC. Voy a especificar, para las series de la BBC. La cadena británica tiene una fama bien merecida, pero siempre encuentra cosas con las que sorprendernos. Éste verano la sorpresa ha sido la adaptación de cuatro clásicos de Shakespeare, denominados "Henryad", ya que se centran en el ascenso al poder de Henry IV, su reinado y el de su hijo Henry V. Ya he leído (y visto) otras obras del Bardo, aunque algunas no acaban de convencerme, el sello de la BBC es más que suficiente para convencerme de ver ésta miniserie, The Hollow Crown.
Richard II
El primer capítulo de la tetralogía trata sobre el rey que precedió a Henry IV, Richard II que es interpretado por Ben Whishaw (Bright Star, Retorno a Brideshead, The Hour). Richard es un joven rey que está acostumbrado a estar rodeado de cosas bellas –como su esposa, interpretada por Clémence Poésy– y de aduladores. Siendo impetuoso, caprichoso y aún así poseyendo un especie conocimiento trágico de su sino, destierra a dos caballeros de Inglaterra antes que permitir que se batan en duelo para restablecer el honor. Uno de ellos, Henry Bolingbroke – a quién Rory Kinnear (Black Mirror) da vida – no quedará impasible al ver como todos sus bienes y tierras son expropiados para financiar la guerra del rey en Irlanda.
Éste primer capítulo (aunque ya podría ser una película, dura casi dos horas y media) es simplemente brillante. La trama está bien, empieza sin ningún preámbulo, y a lo largo de su desarrollo descubrimos el carácter de cada personaje, cuyas pasiones quedan tan brillantmente retratadas por Shakespeare. He leído otras obras de teatro escritas por él, pero creo que ninguna antes (quizás a excepción de Hamlet) me había maravillado tanto en lo que se refiere a la poesía. Las metáforas elaboradas, los juegos de palabras, los ecos entre escenas están presentes a cada momento, y son una maravilla. Hay que avisar, The Hollow Crown no es una adaptación moderna, por lo que los actores hablan en el inglés de la época en que fue escrito, por suerte para todos nosotros existen subtítulos en castellano.
Pero no toda la genialidad de Richard II se centra en su autor, gran parte es gracias a los extraordinarios actores que dan vida a sus palabras. Ben Whishaw hace una interpretación magistral, hay escenas suyas que simplemente dan escalofríos, y creo que se está estableciendo como uno de los mejores actores de su generación. Rory Kinnear también sabe sacar muy bien a la luz las contradicciones y la evolución de su personaje, quizás sin tanto diálogo como el protagonista, pero aún así hace un gran trabajo. Además, todos los personajes secundarios también son encarnados por muy buenos actores, por ejemplo está James Purefroy, Sir Patrick Stewart (supongo que la mayoría le conoceréis por su papel como el Profesor X en la saga de X-Men) y David Morrissey (South Riding, Blackpool).
Otro detalle muy importante es la ambientación, en la cuál los ingleses son unos expertos. Y los exteriores, tan bellos y bien escogidos, y el simbolismo (y muchas veces paralelismos) de ciertas imágenes... Son un deleite para la vista, que además va acomañada por una excelente banda sonora.
Henry IV (parte I)
Los dos siguientes capítulos tratan del sucesor de Richard II, Henry Bolingbroke, que ahora es Henry IV, rey de Inglaterra. Hay un salto temporal considerable, ya que dejamos al nuevo rey poco tiempo después de subir al trono, y en ésta obra parece ya que su reinado finalice.
El rey (Jeremy Irons, Los Borgia, La caja china) deberá enfrentarse a la rebelión de unos señores feudales de Escocia, liderados por Harry Percy (Joe Amstrong, Robin Hood, Blackpool) que es el hijo de uno de los nobles que ayudó al rey a ganar su trono. Además, también está preocupado por su hijo mayor y heredero, Hal (Tom Hiddleston, Thor, War Horse), que se codea con bellacos y bribones, pasando el día emborrachándose o cometiendo algún delito menor por pura diversión.
A pesar de que la obra se llame Henry IV, se centra principalmente en el príncipe Hal y cómo madura a lo largo de la obra.
En éste "capítulo" hay una mayor alternancia entre la intriga política, las batallas y las "escenas de taberna" que en Richard II, que es básicamente un drama histórico. Hay que pensar que ésta obra fue escrita para ser representada ante un público que quería sobretodo entretenerse. Un público que no sólo constaba de grandes señores que sabían leer y escribir, si no que la gran mayoría estaba compuesta por el "populacho", que era completamente analfabeto. Por esto, la primera parte del capítulo se centra mucho en las "andanzas" de Hal, cómo engaña y se divierte a costa de personas de bajo rango social, y en regla general poco respetables. De ésta forma el capítulo se hace mucho más llevadero – dura casi dos horas – y bastante menos denso que Richard II.
Pero alto, eso no quiere decir que dichos personajes estén faltos de personalidad. De hecho, una de las actuaciones más brillantes de Henry IV es la de Simon Russel Beale interpretando a Jack Falstaff, un viejo y gordo truhán que acompaña a Hal. Su patetismo, sus intentos ridículos de mejorar su posición social, su cobardía, su incapacidad de tomarse las cosas en serio y a la mirada realista sobre el entorno en que se encuentran, crean un personaje excepcional, aunque no en el sentido clásico de la palabra. En efecto, Shakespeare me ha seguido maravillando con su capacidad de crear personajes tan completos y tan reales, al igual que sus versos y metáforas elaboradas siguen presentes – en ésta obra las bromas están más a la orden del día.
Por supuesto, los demás actores también son fenomenales. Jeremy Irons hace una excelente, aunque corta, interpretación, y los dos protagonistas, Hal y Percy, muestran ser dos geniales actores, y grandes promesas. En particular, yo tenía una actitud un tanto escéptica hacia Tom Hiddleston que le ha llegado la fama de golpe gracias a su participación en películas taquilleras como Thor o Los Vengadores. Pero sin duda ha demostrado ser muy buen actor.
Finalmente, de éste capítulo, a pesar de que todo lo referente a la cinematografía no es tan bello como en Richard II (eso sí, las escenas de batalla son bestiales), me gustaría resaltar su banda sonora, que se hace notar más y ensalza los momentos más épicos y graves.
Henry IV (parte II)
La segunda parte de Henry IV empieza justo después del final de su primera parte. Al haber muerto uno de sus principales líderes, los rebeldes se repliegan pero no renuncian a su lucha. Por otra parte, Hal sigue yendo de juerga con Poins. Pero la guerra ha cambiado las cosas. Falstaff es ahora un sir y se pavonea ante señores y maleantes, pero siendo aún fiel a sus viejas costumbres de engañar y robar. Además, el rey está gravemente enfermo, con ya un pie en la tumba, y le preocupa que Inglaterra deba pasar a estar en manos del descarriado de su hijo mayor.
En éste capítulo sigue habiendo alternancia entre "escenas de taberna" y escenas más dramáticas, con preponderancia de la primera. Sin embargo, a parte de que dan una visión muy real de lo que debían ser los bajos fondos en aquél momento, la mayoría no son escenas cómicas, si no más bien patéticas. En ellas hay sólo personajes desgraciadamente pobres, desesperados por mejorar su suerte aunque sea ínfimamente.Y por ello ríen las gracias de quién toque, hacen reverencias, se arrodillan, lloran y suplican. Así pues, en éste capítulo, Jack Falstaff es el verdadero protagonista. Como en la anterior entrega, está encarnado por Simon Russel Beale, que hace un espléndido trabajo dándole vida a tan despreciable personaje. Falstaff es alguien ruin, que se aprovecha de su labia para sacar partido de los más desafortunados y escabullirse de los deberes sujetos a su nueva posición. Y sin embargo es alguien profundamente humano, tan real, que, aunque sea despreciable, es imposible no sentir pena por él.
Ya que, aunque al principio Hal siga divirtiéndose, eso no implica que no esté profundamente preocupado por su padre, y por la difícil tarea que se le acerca inexorablemente. Aunque Hal (Tom Hiddleston) pierda un poco de protagonismo a favor de Falstaff, su padre (Jeremy Irons), lo gana, y así nos entrega una increíble interpretación de un hombre poderoso, enfermo y atormentado por el modo en que consiguió ascender al trono. En efecto, hay muchos ecos a Richard II y a la primera parte de Henry IV, como los complots que urde Northumberland para derribar al rey que él ayudó a coronar, tal y como profetizó el rey Richard en su momento. Esto confirma cualquier duda de que Shakespeare escribió estas obras teniendo en mente una tetralogía. Además, da un sentido de continuidad y una nueva dimensión a la tragedia de éstas obras, ya que el destino entra en el juego.
La segunda parte de Henry IV es bastante menos ligera que la primera. Hay personajes majestuosos y otros grotescos rufianes, pero ambos son igual de dramáticos. Pero no hablo aquí del pathos, de llantos y quejas entre sollozos. No, verdadero drama, el frío y cruel, el implacable que se cierne sobre todos por el entorno en el que se encuentran, por lo que han hecho en el pasado y por lo que son. En éste capítulo termina la evolución del príncipe Hal, que está más que nunca decidido a resarcirse y que sus futuras virtudes, ante las faltas de su juventud, se vean engrandecidas. Pero para obtener el poder, hay que pagar un alto precio.
Henry V
Este es el último capítulo de la tetralogía, contando el reinado de Henry V (Tom Hiddleston). La historia empieza pocos años después del final de la segunda parte de Henry IV, con Harry teniendo un poco de experiencia, pero sus súbditos aún sorprendidos de que haya pasado de ser un juerguista a un rey serio y honorable. Sin embargo, la sed de Henry por la batalla no ha disminuido. Así pues, cuando un alto cargo de la Iglesia le presenta un árbol genealógico en el que se ve que él es el legítimo rey de Francia, Henry no duda un instante a iniciar la guerra.
Gran parte del capítulo – en este caso dura un poco más de dos horas – transcurre en Francia, y en ella somos testigos de grandes batallas, en especial la de Agincourt. Primero, decir que la ambientación de las batallas es excelente. Ver el caos y la confusión, la brutalidad, la sangre, las armas que se utilizaban. Pero también a sus participantes, los nobles en sus caballos que alentaban a los pobres y miserables soldados rasos a que luchasen, y éstos, cuya mayor batalla estaba entre su miedo y su obligación.
En esta obra, Henry es el indiscutible protagonista. Tom Hiddleston hace una potente interpretación del nuevo soberano, dando épicos discursos antes de la batalla, y sentidos pésames después. La verdad es que en éste capítulo vemos al Harry más "oficial", más "rey" y quizás menos persona, salvo cuando hace la corte a la joven Katherine (Mélanie Thierry, hija del rey de Francia. Sin embargo, es cierto que retazos de su anterior vida siguen visibles en él. A Henry le sigue gustando gastar bromas mediante el engaño, aunque sean bien intencionadas, y, aunque esté ya ungido, sigue siendo humilde con sus súbditos, a quién se acerca después y antes de la batalla como igual.
También siguen con vida personajes que fueron sus acompañantes en su loca juventud, como Pistol (Paul Ritter, Grandes Esperanzas) o Bardolf (Tom Georgeson) que siguen con su desdichada vida, intentando aprovecharse los unos de los otros. Dicho sea esto, Henry V no cuenta con una, o más bien dicho, ninguna escena de taberna, aunque personajes de humilde nacimiento hagan su aparición. Éstos dan una visión desde "abajo" de los sucesos que ocurren y se cuecen en las altas cumbres de la realeza y las cortes. Quizás es uno de los elementos que más me gusta de esta obra, Shakespeare nos muestra la grandeza de personajes como Henry o Exeter (Anton Lesser, The Hour), y a la vez lo contrasta con la dura realidad que deben sufrir los menos afortunados, que no se pueden permitir ser honrados o grandilocuentes.
Antes de terminar con el capítulo, recalcar la maestría de la ambientación histórica, el gran acompañamiento que supone la banda sonora – estoy impaciente por que salga en CD – y el genial y grandísimo reparto que tiene éste capítulo, aunque no tengan tantas oportunidades de lucirse.
En conclusión, The Hollow Crown es una brillante mini-serie, otra genial perla producida por la BBC, que desvela cuatro de las grandes obras de Shakespeare (aunque quizás no las más conocidas para los no-británicos). No ha habido adaptación ninguna, los diálogos están intactos y, a pesar de que estuvieran escritas hace siglos, los personajes y los sentimientos que allí se exponen pueden trasladarse a nuestra, y a cualquier, época. Así que sólo puedo dar gracias por poder haber visto éstos cuatro capítulos, a estos magníficos actores (y a las personas que han traducido los subtítulos), a los directores y a cualquiera que haya hecho posible The Hollow Crown.
disclaimer: ninguna de las imágenes son mías.
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