Yo, y la literatura inglesa, la literatura inglesa y yo... ahh, tanto por leer y tan poco tiempo! (La verdad es que me estoy empezando a sentir culpable por no estar leyendo más literatura francesa – y ya del resto del mundo ni hablamos) Uno de los autores "clásicos" que me faltan por leer es Thomas Hardy, más conocido por Tess de los d'Urbevilles, Jude el Oscuro o Lejos del Mundanal Ruido. ¿Y por qué leer primero Un par de ojos azules?
Se trata de una de sus primeras novelas, así que siempre es bueno empezar por los inicios. Además, conozco la fama de dramones depresivos que tienen sus novelas y, la verdad, en medio del curso no estoy yo para estos trotes! Leí el resumen de Un par de ojos azules y me pareció que satisfacía todas las cualidades que yo le podría pedir al libro.
Se trata de la historia de Elfride, una muchacha de diecinueve años que se acaba de mudar a un nuevo pueblo, donde trabajará su padre como vicario. La historia empieza unos meses después de su mudanza, cuando un joven ayudante de arquitecto, Stephen Smith, visita su casa para hacer planos de la remodelación de un torreón de la iglesia. Al tener ambos la misma edad y naturalezas similares, se enamoran rápida e intensamente. Sin embargo, los humildes orígenes de Stephen convierten en imposible un enlace a los ojos del padre de Elfride, el señor Swancourt. Así que Stephen decide viajar lejos para poder convertirse en un mejor partido. Al mismo tiempo, Elfride conocerá a Henry Knight, amigo y preceptor de Stephen, por quién quizás empiece a desarrollar interés...
Esa es, más o menos, el tipo de resumen al que yo me enfrenté, pero la novela es muy diferente. Es decir, sí que trata, de alguna forma, del triángulo amoroso entre Elfride, Knight y Stephen, pero es distinto. Intentaré explicarme. Antes de todo, la novela es un culebrón de principio a fin, con pasiones desatadas, lágrimas y amores imposibles. Aún no sé decir si se trata de la influencia romántica sobre un estilo aún no definido del autor, o un intento de parodiar el género (por mi bien espero que sea lo último). Hay más de una escena que me ha hecho sonreír, e incluso soltar alguna carcajada. El personaje del padre de Elfride es simplemente tan ridículo... un hombre tan contradictorio, tan preocupado por las apariencias y por el rango social, que se da aires de alguien culto y tolerante, pero que en realidad sólo le importa su estatus y el "qué dirán". Y, si debo decir la verdad, la protagonista también parece una parodia de la heroína romántica. Si al principio nos la presentan como una joven mujer culta, inteligente y sensata, a lo largo de la novela ésta imagen se va distorsionado hasta que comprendemos a la perfección su personalidad. Es un personaje que se me ha hecho insoportable pero aplaudo a Hardy por crear a una protagonista tan insufrible (y lo bien que lo oculta al principio). Es una malcriada, caprichosa, y aún no se si inexcusablemente ingénua o terriblemente ambiciosa, otra duda que deja la historia. He disfrutado con sus exaltadas exclamaciones románticas, sus indisposiciones súbitas, sus miedos incontrolables y como consigue justificar sus acciones con tan rápida y sencillamente para que no tenga remordimiento alguno.
Los personajes masculinos, es decir los pretendientes, desgraciadamente, no son tan jugosos. Stephen es un pobre muchacho enamorado y Henry Knight... pues otro. No encontré mucha complejidad en su diseño, y parecen dueños de un embrujo al enamorarse de la joven Elfride.
La trama engancha bastante, pero es muy previsible (al menos en lo que a mí respecta, predije con bastante antelación el final). Tiene amoríos, grandes sorpresas, aventuras, momentos de peligro, citas a la luz de la luna, etc. Pero ya está, no es una gran novela, aunque una buena manera de entretenerse y pasar el tiempo. A pesar de esto, sigo teniendo (más) ganas de leer algo de Hardy, espero embarcar pronto en la lectura de Tess o de The Woodlanders.