Ida de Irène Némirovsky

Este es otro libro que me he leído por amor a su autora, Irène Némirovsky, que desde que me leí Suite Francesa rara vez me ha decepcionado.

Este libro está compuesto de dos historias cortas: Ida y La comedia burguesa. 

Ambas tratan sobre la vida de dos mujeres: Ida y Madeleine.

• Ida es una artista de cabaret que ronda ya los sesenta, pero que hace todo lo que está en su mano por seguir siendo adorada por el público, por obtener esa mediocre gloria, que es lo único que la hace feliz por unos instantes. Su historia está construida a través de flash-backs entre su vida presente – una monotonía que alterna entre su trabajo y su obsesión por no parecer mayor – y su pasado. Es curioso porque los flash-backs son regresivos, empiezan unos años antes y acaban con el primer día de escuela de Ida. A través del presente conocemos la personalidad y la miseria de Ida; a través de su pasado comprendemos cuánto influye el entorno y cuán subyugada está una mujer a la sociedad en la que crece. Es una historia cruel, trágica y realista.
• Madeleine es una niña bien criada en el entorno de una familia burguesa. En la historia se cuenta toda su vida, desde sus años adolescentes hasta su vejez. Desde la organización de su boda sin que ella tenga ni voz ni voto en ello, hasta su paseo con sus nietos. ¿Podríamos considerarla una mujer pasiva? En mi opinión, no. Esta historia cuenta un ciclo, el ciclo que vivían – al menos hasta hace unas décadas – casi todas las mujeres de familias acomodadas. Es la vida que deben vivir, que les han enseñado a vivir, y contra la que no pueden luchar. Por lo tanto, vemos como Madeleine va navegando por todas las etapas de su vida, no sintiendo ningún control sobre ella. 

Son dos historias que llenan de tristeza, no porque sean especialmente dramáticas, si no porque se es consciente de que son verdad. Y, en cierta forma, una se siente, si no identificada, al menos relacionada con esas mujeres, para quién la vida pasa demasiado rápido. De nuevo, Irène Némirovsky maravilla con sus dotes para la escritura y para la creación de personajes auténticos y humanos. Muy recomendable.