Éste es el segundo (y último, por ahora) libro del reto de Zoladdiction de este mes de abril. Tras leer Lourdes, ahora vuelvo con la saga de los Rougon-Macquart, con su décima entrega, Pot-bouille (no tengo ni idea de cómo traducir esto). Sentí curiosidad por esta novela porque trata de Octave Mouret, uno de los protagonistas de El Paraíso de las Damas (que es la siguiente entrega de la saga), que fue uno de los primeros libros de Émile Zola que leí. Así que, ¡allá vamos!
Resumen: Octave Mouret, nacido en Plassans (la pequeña ciudad de provincias donde empieza la saga en La Fortuna de los Rougon), se marcha de Marsella para irse a París a vivir en el mismo edificio que un amigo de su familia, M. Campadon, y buscar fortuna. Éste le encuentra trabajo en la tienda de El Paraíso de las Damas, puesto que Octave tiene un talento natural para las ventas, en especial en los productos femeninos. Pero en estos primeros años Octave tiene otras cosas en la cabeza, como procurar tener una amante que le ayude a prosperar.
Opinión: Pot-bouille es, en realidad, la versión francesa del siglo XIX de lo que aquí conocemos como Aquí no hay quién viva (en su buena época, claro está). La novela transcurre casi
exclusivamente de puertas para dentro del edificio de cuatro pisos en el que vive Octave Mouret. No sé si lo sabías pero en aquella época el piso en el que uno vivía era señal de su posición en la sociedad. Al contrario (quizás) que ahora, cuanto más abajo se viviera, más rico se era (debido a que no había que subir tantas escaleras, ¡lo que hace un ascensor!).
En el principal y primer piso vive la familia Vabre, propietaria del edificio. El padre, M. Vabre, es un viejo huraño y rácano que tiene tres hijos. El mayor es Auguste, aún sin casar y con graves problemas de migrañas. Luego viene Théophile Vabre, casado con Valérie, que llevan una aburrida existencia de clase media-alta. Finalmente está la hija, Clotilde, casada con Alphonse Duveyrier, que es una perfecta esposa, y frígida como ella sola, por lo que su marido va a buscarse la vida en lecho ajeno.
El segundo piso lo ocupa Mme Juzeur, una viuda joven que se entera de todo cuánto ocurre en el edificio. En el tercero están el matrimonio Campadon, cuya esposa está muy débil. Finalmente en el cuarto está la familia Pichon, recién casados y con una hija, y la familia Josserands. El matrimonio tiene cuatro hijos, de los que destacan dos hijas aún sin casar y un hijo que tiene serios problemas mentales.
Como véis, el drama/comedia está servido con personajes así. Cuando Octave se muda el portero, M. Gourd, le asegura de que se trata de un lugar absolutamente respetable y honorable, pero pronto se enterará de que las apariencias engañan.
De todas formas, el autor salta de un piso a otro, visitando una y otra familia, y poco a poco tejiendo la trama. Creo que en esta novela se propone hacer un retrato de las clases medias durante el Segundo Imperio, y bien que lo consigue. Desde la madre desesperada por casar a sus hijas y que vive por encima de sus ingresos, pasando por el humilde oficinista o un arquitecto ambicioso, hasta una familia que se da aires de grandeza. Hay todo un abanico de perfiles dentro de la burguesía francesa y Zola se asegura de dejarles a todos retratados. Eso sí, si algo predomina en todo esto es el sentido del ridículo de los personajes y una total hipocresía. En aquella época aún imperaban unos férreos valores morales que todos defienden en las reuniones sociales, pero que rompen en la intimidad (o no tanto) del hogar. De pasada, Zola también se encarga de denunciar la pésima educación que reciben las mujeres de ésta clase. O crecen en una ignorancia forzada – por ejemplo, sin serles permitido leer novelas o el periódico –, supuestamente para que no se corrompa su virtud, y luego ceden a cualquier cosa por mero desconocimiento, o se las mima en exceso, haciéndolas caprichosas y superficiales.
Desde el punto de vista de los personajes, creo que éstos son de los más 'flojos' que he visto en Zola, de momento. Octave, el protagonista, no parece estar muy definido en sus objetivos, y aún está buscando su lugar en el mundo. El resto, los que valen la pena, aunque sean geniales ejemplos de un tipo de persona sólo son eso, por lo que tampoco tienen mucha complejidad. Pero aún así, las situaciones entre personajes se hacen divertidísimas por, como he dicho antes, la falta de escrúpulos y la abundancia de 'cara dura' en la mayoría de ellos.
En fin, aunque Pot-Bouille no sea una obra maestra comparada con otras grandes novelas de Émile Zola – como Nana o La Fortune des Rougons – me lo he pasado muy bien leyéndola y sabiendo algo más sobre el pasado de Octave Mouret. La recomiendo especialmente para aquellos que ya conocen a Zola y buscan adentrarse más en el universo de la saga. Y si estáis pensando en leer El Paraíso de las Damas, ¡aprovechad la ocasión y leed este antes! Aunque desgraciadamente, como ya viene siendo habitual en este autor, dudo que se puedan encontrar fácilmente una versión traducida al castellano.
Esta del Paraiso de las damas ,es la serie que ponen en la tele y se titula Galerias Paraiso?Es que me he enganchado a ella,y descubrí que era de Zola.Si lo encuentro me gustaria leerlos.
ResponderEliminarBesos
Exactamente! La serie es un poco diferente al libro – en el sentido que la novela es mucho más realista en cuanto a las condiciones de vida de la clase trabajadora y demás. Pero Zola es un escritor genial, te recomiendo empezar por El Paraíso de las Damas.
EliminarTeresa creo que sobran las palabras...Zola y yo...Tenía que estar en mi lista :)
ResponderEliminarEspero que estés avanzando mucho con la carrera, ya va quedando menos para verano :D
Un besito!
¡Tengo que leerlo! Pero, desgraciadamente, si no está en castellano, lo veo muy difícil (a no ser que encuentre una traducción inglesa interesante). De momento, leeré antes El paraíso de las damas.
ResponderEliminarUn beso.
hola yo lo consegui por mercado libre, buscalo que es probable que lo encuentres. besos
ResponderEliminarPot-Bouille en español sería "Miseria Humana".
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