Prosigo mi viaje de redescubrimiento de la literatura española –bueno, tengo que puntualizar, de la poesía española – en lo que se refiere a la novela, aún sigo siendo igual de ignorante que hace unos meses. Ésta vez le toca a Pedro Salinas y su La voz a ti debida, publicado en 1933. Debo decir que si no fuera por una recomendación, seguramente nunca hubiese oído hablar de éste poeta, aunque por lo que he averiguado tuvo una notable influencia sobre los poetas de su época, además de que fue docente en varias universidades europeas y en Estados Unidos.
En fin, como siempre, se me hace un tanto complicado comentar un compendio de poemas. En este caso, tratan del amor, de la relación amorosa desde su inicio, esas primeras miradas, destellos, la emoción de ser correspondido, de amar y ser amado, y, finalmente, como éste amor, éste vínculo entre dos personas, se va desintegrando hasta que se hace inexistente.
Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:
conocerse es el relámpago.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?
El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
mas que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho, antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres, será
ir perdiéndote. Yo no.
Te conocí en la tormenta.
Te conocí, repentina,
en ese desgarramiento
brutal de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y la noche.
Te vi, me has visto, y ahora,
desnuda ya del equívoco,
de la historia, del pasado,
tú, amazona en la centella,
palpitante de recién
llegada sin esperarte,
eres tan antigua mía,
te conozco tan de tiempo,
que en tu amor cierro los ojos,
y camino sin errar,
a ciegas, sin pedir nada
a esa luz lenta y segura
con que se conocen letras
y formas y se echan cuentas
y se cree que se ve
quién eres tú, mi invisible.
Amor, amor, catástrofe.
¡Qué hundimiento del mundo!
Un gran horror a techos
quiebra columnas, tiempos;
los reemplaza por cielos
intemporales. Andas, ando
por entre escombros
de estíos y de inviernos
derrumbados. Se extinguen
las normas y los pesos.
Toda hacia atrás la vida
se va quitando siglos,
frenética, de encima;
desteje, galopando,
su curso, lento antes;
se desvive de ansia
de borrarse la historia,
de no ser más que el puro
anhelo de empezarse
otra vez. El futuro
se llama ayer. Ayer
oculto, secretísimo,
que se nos olvidó
y hay que reconquistar
con la sangre y el alma,
detrás de aquellos otros
ayeres conocidos.
¡Atrás y siempre atrás!
¡Retrocesos, en vértigo,
por dentro, hacia el mañana!
¡Que caiga todo! Ya
lo siento apenas. Vamos,
a fuerza de besar,
inventando las ruinas
del mundo, de la mano
tú y yo
por entre el gran fracaso
de la flor y del orden.
Y ya siento entre tactos,
entre abrazos, tu piel,
que me entrega el retorno
al palpitar primero,
sin luz, antes del mundo,
total, sin forma, caos.
Me ha gustado mucho el estilo del poeta, sus versos cortos, otra forma de puntuar y de poner un particular ritmo a la lectura. Su vocabulario es rico en matices, en sonoridades, y sin embargo no parece nada cargado ni pesado, parece, ¿cómo decirlo?, verdadero. Y las imágenes que utiliza tienen mucha fuerza y son casi físicas, evocando no sólo las tribulaciones del alma, si no también los cinco sentidos. A mí me ha gustado, algunos poemas más que otros, por supuesto, pero me alegro de haber descubierto a este autor y, sin duda, sigo con muchos ánimos de leer más poetas españoles. Espero que el próximo sea Rafael Alberti o Miguel Delibes. ¿Y a vosotros os gusta la poesía?
A mí me gusta mucho la poesía en general y Salinas, entre otros, en particular. . Me gusta muchísimo este, por ejemplo y alguno que otro más:
ResponderEliminarLa forma de querer tú...
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Siempre está bien descubrir nuevas cosas, ¿verdad? :)
Un saludo,
También disfruté mucho de esta obra de Salinas por su frescura, como bien dices es una poesía "verdadera", no tan artificiosa y que (hay que decirlo) puedes entender mejor.
ResponderEliminarDe mis favoritos de poesía, y que cosnte que no he leído mucho ni soy una experta en el tema.
Un beso!