Me regalaron este libro por mi cumpleaños y desgraciadamente no acertaron mucho. Éste libro trata de tres parejas de entre treinta y cuarenta años, que ya tienen hijos y han 'sentado la cabeza', y cómo se enfrentan a sus problemas conyugales. Todo empieza cuando los respectivos maridos deciden
reunirse una vez a la semana para hablar de sus cosas. No sé por qué pero esto causa un tremendo revuelo y las respectivas mujeres se indignan y se enfadan muchísimo. Lo que se supone que este libro quiere hacer es hacer un retrato de estas parejas que se juntaron después de la revolución sexual y que respetan la igualdad de sexos, aunque a veces se lleve un poco demasiado lejos. Es decir, que 'pobres' hombres que les hacen ir a comprar y no saben qué pescado es el adecuado, o 'pobres' hombres que tienen que planchar. Las mujeres también tienen su parte, pero esencialmente es todo un sinfín de clichés. Sí, aunque haya igualdad de hecho puede ser que la mayoría de hombres de esta edad aún les parezca difícil planchar o coser, o que podrían estar haciendo mejores cosas que acompañar a los hijos al tenis. Pero lo importante aquí no es darse cuenta de esto – que creo que es bastante obvio – si no intentar comprender el porqué – ejemplo: han recibido una educación que les ha hecho así. Por lo tanto es un libro completamente superfluo, entretenido a veces, pero creo recordar que existen tropecientasmil comedias francesas con el mismo tema y más o menos el mismo desarrollo. Y además a medida que va avanzando la historia cada vez se vuelve más y más cursi y ñoña e insoportable. En fin, no sé si lo he dejado lo suficientemente claro pero no me ha gustado este libro. Por si teníais curiosidad, creo que no se ha traducido al castellano.
¡Otro regalo de cumpleaños! No me acuerdo de la primera vez que oí hablar de La Naranja Mecánica, pero seguramente fue al ver algún documental por la tele sobre Kubrick (que adaptó la novela de Anthony Burgess a la gran pantalla).
La novela podría bien transcurrir en la actualidad – aunque fue publicada en 1962 – en cualquier ciudad de un país desarrollado. El protagonista se llama Alex, es un joven de quince años que hace novillos aunque sea bastante listo, y que le encantan compositores clásicos como Beethoven, Mozart o Bach. Otro de sus pasatiempos es salir de noche con tres de sus compinches y dedicarse a apalizar, robar y violar a quién le haga más gracia. Claro que todo esto, en un sistema que no piensa en remediar esta violencia, al final acaba teniendo sus consecuencias.
La novela es muy, muy, violenta. Es violencia sin sentido pero sin propósito. Puedo tolerar la violencia sin sentido si tiene un propósito. Aquí yo no he visto ninguno. Está allí, es horrible, y ya. No se da mucha información sobre cómo es el mundo en el que vive Alex, por qué es así, y no hay mucha reflexión más allá de las típicas (pero superficiales) críticas a un gobierno (que si no sirve para nada, que si solo busca el poder, etcétera etcétera). Lo único encomiable es el esfuerzo que hizo el autor para inventar un nuevo leguaje, un argot, para el hablar de los adolescentes (aunque dificulta un poco la lectura).
No he leído La naranja mecánica, pero la peli no tiene desperdicio. De las pocas pelis que me gusta más doblada que en versión original. Es tremenda. El libro lo intenté, pero lo dejé porque después de ver la peli, ya no es lo mismo. Un saludo,
ResponderEliminarA mí 'La naranja mecánica' me decepcionó. Me pareció simplona y superficial. Una distopía muy mediocre. Y el recurso del lenguaje inventado, más que enriquecer la narración la entorpece hasta la irritación. Creo que está muy sobrevalorada. En gran parte por el fenómeno de la película. De Burgess recomiendo fervientemente 'Poderes terrenales', una novela absolutamente extraordinaria.
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