30 nov 2012

Reto: 75 libros en 2012 – ¡Conseguido!


A principios de año me propuse leer 50 libros durante el 2012. Superé ese número a finales de junio y me puse una nueva meta, 75. Que he conseguido cumplir a día 28 de septiembre (sí, ahora estamos a finales de noviembre, pero he querido esperar hasta publicar todas las reseñas).
En las siguientes imágenes están las portadas de todos los libros que he leído. Dudo que los contéis, pero hay 80 en total ya que sale de la web GoodReads y allí también he tenido en cuenta libros de cocina, comics, o libros para la universidad que no he mencionado necesariamente en el blog.


¡Esto suma un algo más de unas 25 000 páginas leídas! No está mal, ¿verdad? Gran parte de esas páginas seguro que las leí en verano, en que leí 20 libros con una media de 481 páginas. El que se lleva la palma es El final del desfile de Ford Madox Ford con la friolera de ..... ¡1018 páginas! Me costó su buen trabajo terminarlo, pero es todo un logro.
Los autores de los que más libros he leído han sido Sebastian Barry (The Secret Scripture) y Suzanne Collins (Los juegos del hambre) empatados a tres libros, seguidos por Kazuo Ishiguro (Lo que queda del día) y David Mitchell.
Si siguiera las estadísticas de GoodReads, he leído mayoritariamente libros del siglo XX y de literatura inglesa. Creo que, en la primera categoría mi favorita sería Un perfecto equilibrio de Rohinton Mistry. En la segunda dudo entre The Sense of an Ending, Homenaje a Cataluña de George Orwell o los libros de David Mitchell, El Atlas de las Nubes o Mil Otoños. Pero

estas dos categorías sumadas sólo representan el 25% de estos ochenta libros que he leído.
El otro 50% está compuesto por: 
*clásicos (El Noventa y Tres de Victor Hugo), 
*ficción histórica (La mujer del teniente francés de John Fowles), 
*literatura americana (Las uvas de la ira de John Steinbeck), 
*literatura francesa (La Fortuna de los Rougon de Émile Zola), 
*literatura del siglo XIX (La mujer de blanco de Wilkie Collins), 
*literatura de entreguerras (Suave es la noche de Francis Scott Fitzgerald) y 
* literatura del siglo XXI (La buena novela de Laurence Cossé).
Y el restante 25% es una mezcla de varios géneros como literatura asiática, ensayo, cómic, fantasía, ciencia-ficción, literatura rusa y relatos cortos.
En especial, Margaret Atwood ha

renovado mi interés por la ciencia ficción con su novela Oryx y Crake, primera parte de la trilogía MaddAddam, gracias a su
brillante (y aterrorizante) de un futuro que no parece tan lejano.
Hablando del futuro, viendo estos géneros más 'olvidados' me gustaría prestarle más atención a la literatura asiática y rusa. También me gustaría volver a leer ficción histórica, un género del que leía pilas y pilas de libros hace unos años! Y, pasando al otro extremo, fijarme un poco más en las novedades. Me he fijado que suelo leer muchos clásicos, o libros publicados hace ya unos años, y casi nunca me atrevo con las novedades. Y eso es algo que quiero cambiar.
En mi estantería de libros pendientes El marino que perdió la gracia del mar de Yukio Mishima, La inquilina de Wildfell Hall de Emily Brontë y The Cat's Table de Michael Oondatje querría leerlos antes de que termine 2012.

Pero creo que éste último trimestre también caerán muchos libros relacionados con mi carrera, Económicas. Al acabar estos 80 libros están en mi estantería El precio de la desigualdad de Joseph Stiglitz (premio Nóbel), Economic Origins of Dictatorship and Democracy de Daron Acemoglu y The Economics of American Slavery de William Robert Fogel, pero no os atormentaré con una reseña de la mayoría de estos.
Y en mi ebook ya se está acumulando una cantidad avergonzante de libros, la mayoría novedades a mayor vergüenza mía, como The Unlikely Pilgrimage of Harold Fry de Rachel Joyce o The Light Between the Oceans de M. L. Stedman.

En fin, estoy muy contenta de haber leído tanto este año, la verdad es que todos los libros que lea de más los consideraré como un extra. Además, dudo que con la carrera tenga mucho tiempo de leer mucho, ¡pero lo intentaré! Leer me ayuda a estudiar porque, al ser tan diferente de lo que estudia, me ayuda muchísimo a desconectar.

¿Y vosotros? ¿Tenéis algún reto de lectura? ¿Cómo lo lleváis?

27 nov 2012

Reseñas Express #4

Desde que leí Cumbres Borrascosas de Emily Brontë que empecé a leer todo autor asociado con el movimiento del Romanticismo. Pronto descubrí que hay dos generaciones del romanticismo, la primera siendo más conservadora y la segunda más progresista, Adolphe de Benjamin Constant pertenece a la primera categoría, que suele ser la que menos me gusta. Trata de la historia de amor entre Adolpe – un joven noble de veinticuatro años de buena familia – y Ellenore – una mujer de buena familia venida a menos de treintaicuatro años, amante del Conde de P** desde hace diez.  Es un drama – mejor dicho, un melodrama – con la típica historia de amor imposible. Sin embargo, en éste caso los protagonistas desobedecen al código social y empiezan una relación clandestina, pero esto será el veneno que acabe con ellos. Pero los personajes no dan mucho de sí. Adolphe es un joven bastante fogoso del que no se sabe exactamente si ama de verdad a Elleonore o se trata simplemente de sus ansias de ser amado por la primera vez – aunque de vez en cuando tiene algún que otro arrebato amoroso. Elleonore es uno de los prototipos de mujer del Romanticismo, la mujer caída que en realidad es como un ángel, que se entrega por completo al amor, sin importar las consecuencias. En general, todo un poco demasiado dramático para mi gusto, pero seguro que hay a quién le guste.


A través de GoodReads me enteré de que Kazuo Ishiguro – escritor de Nunca me abandones y Los restos del día – había publicado un relato corto en la revista The New Yorker, A Village After Dark (Un pueblo por la noche) . Como se podía leer gratis desde la web, enseguida me animé a echarle un vistazo. Tiene unas ocho páginas y por eso no lo he incluído en mi lista de libros leídos. Trata de un hombre, ya mayor, que vuelve a su pueblo de origen tras años de vagar por el mundo. Allí se va encontrando con distintos personajes, algunos viejos conocidos y otros, jóvenes, que le admiran. Se ve que el protagonista, y otros muchachos, en su día hicieron algo tuvo un fuerte impacto en el pueblo, algo que todos recuerdan y que los jóvenes están ansiosos por que les cuente su experiencia, por lo que tuvieron que marcharse. Está escrito con el estilo habitual de Ishiguro, que tan fácilmente adentra el lector en el entorno que crea. Es una historia fugaz, contando las pocas horas de un personaje del que sabemos muy poco, pero cuyas observaciones, y sus conversaciones con la gente que se va encontrando, dan alas a la imaginación. ¿Quién es? ¿Qué hizo?


Creedlo o no pero, de vez en cuando, leo ensayos. Sobretodo de cara a mi carrera, por cuya literatura debería interesarme. Así pues, mediante una recomendación, llegó a mis manos The Anatomy of Racial Inequality (La Anatomía de la Desigualdad Racial) de Glenn C. Loury. Básicamente el autor analiza la amplia desigualdad que existe en los Estados Unidos entre los 'blancos' y los Afro-Americanos – no sólo económicamente, como que cobren un salario inferior por un mismo trabajo con idéntica cualificación, si no también socialmente, como la tasa de encarcelación, acceso a la educación, etc. Me pareció un libro tremendamente interesante porque revisa los argumentos que se dan habitualmente en contra o a favor de ciertas políticas de discriminación positiva, o de ciertas concepciones que tiene la mayoría de la sociedad americana sobre qué es el racismo. 
Además, está escrito de una forma muy amena, con muchos ejemplos y, aunque introduzca un poco de vocabulario técnico (nada de mates, más bien dicho, sociología), es apto para 'todos los públicos.

24 nov 2012

Las Flores del Mal de Charles Baudelaire


Hace casi cinco años compré Les Fleurs du Mal, que leí con un cierto interés. Dos años después tuve que estudiar esta obra en clase de literatura francesa, mucho más a fondo, lo que me permitió de 'redescubrirlo', y así pasó a convertirse en mi libro favorito de poesía. Desde entonces lo he releído un par de veces y siempre me ha encantado submergirme en el mundo poético de Baudelaire. Estas pasadas navidades una amiga mía me regaló un nuevo ejemplar de Las Flores del Mal y decidí que sería una buena idea leer esta nueva edición, sin todas mis marcas de anteriores lecturas. 
Las Flores del Mal se publicó en 1857 y enseguida fue llevado a los tribunales por 'escándalo público'. Afortunadamente no consiguieron prohibir la obra en su totalidad, pero sí que censuraron los poemas más 'escandalizantes' y contrarios a la estricta moral de la época.
Charles Baudelaire fue un autor a caballo entre dos movimientos, el Romanticismo y movimientos más modernos como el simbolismo o el Parnasianismo (que él mismo, sin duda, influenció a gran escala). El libro es bastante diverso y tiene seis 'capítulos'. El primero, y más extenso, es 'Spleen e Ideal'. Spleen es una palabra inglesa que se podría traducir como melancolía. Cuenta con 85 poemas y es, sin duda, mi parte favorita. Luego viene 'Cuadros Parisinos', en el que el poeta describe su ciudad y los habitantes que hay en ella. Las últimas cuatro partes son bastante pocas y cada una se centra en un tema – 'El Vino', 'Las Flores del Mal', 'La Revuelta' y 'La Muerte' (ésta última es mi favorita) – que observa desde distintos puntos de vista.
Lo que en su momento escandalizó de este poemario es que mezcla la belleza con lo horroroso. Tanto contando un paseo con su querida y describir una carroña pudriéndose, como hablar de la extrema pobreza con imágenes y palabras sumamente líricas. Claro, también está que algunos poemas contienen imágenes bastante sexuales – de sensuales está repleta – más o menos explícitas. 
Pero esto son formalismos de la época. En muchos poemas parece que Baudelaire se esté debatiendo entre una vida más espiritual, su vida como artista, y la vida más 'mundana' en la que está atrapado. O quizás es sólo una opinión, no soy nadie para comentar poesía.
Simplemente decir que, como siempre, me ha encantado volverlo a leer y he descubierto bastantes poemas nuevos que antes pasaba por alto. Me fascina la belleza de las palabras de Baudelaire, como juega con los sonidos y con las imágenes que crea, tan llenas de colores y movimiento que parecen un cuadro impresionista.
A continuación os dejo con dos de mis poemas favoritos (traducidos, aunque recomiendo con creces leerlo en versión original si es posible):



Spleen IV
Cuando el cielo bajo y pesado como tapadera
Sobre el espíritu gemebundo presa de prolongados tedios,
Y del horizonte, abarcando todo el círculo,
Nos vierte un día negro más triste que las noches;

Cuando la tierra se cambia en un calabozo húmedo,

Donde la Esperanza, como un murciélago,
Se marcha batiendo los muros con su ala tímida
Y golpeándose la cabeza en los cielorrasos podridos;

Cuando la lluvia, desplegando sus enormes regueros

De una inmensa prisión imita los barrotes,
Y una multitud muda de infames arañas
Acude para tender sus redes en el fondo de nuestros cerebros,

Las campanas, de pronto, saltan enfurecidas

Y lanzan hacia el cielo su horrible aullido,
Cual espíritus errabundos y sin patria
Poniéndose a gemir porfiadamente.

—Y largos cortejos fúnebres, sin tambores ni música,

Desfilan lentamente por mi alma; la Esperanza
Vencida, llora, y la Angustia atroz, despótica,
Sobre mi cráneo prosternado planta su bandera negra.



El Hombre y el Mar
¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!
El mar es tu espejo; contemplas tu alma
En el desarrollo infinito de su oleaje,
Y tu espíritu no es un abismo menos amargo.

Te complaces hundiéndote en el seno de tu imagen;
La abarcas con ojos y brazos, y tu corazón
Se distrae algunas veces de su propio rumor
Al ruido de esta queja indomable y salvaje.

Ambos sois tenebrosos y discretos:
Hombre, nadie ha sondeado el fondo de tus abismos,
¡Oh, mar, nadie conoce tus tesoros íntimos,
Tan celosos sois de guardar vuestros secretos!

Y empero, he aquí los siglos innúmeros
En que os combatís sin piedad ni remordimiento,
Tanto amáis la carnicería y la muerte,
¡Oh, luchadores eternos, oh, hermanos implacables! 

21 nov 2012

The Sense of an Ending de Julian Barnes


Normalmente suelo leer clásicos, pero también me gusta investigar la ficción contemporánea, en cuyo caso – a parte de echar un vistazo de vez en cuando a la sección de novedades – me guío por los premio literarios. Uno de mis preferidos, y de los que más me fío, es el premio Booker – un premio otorgado anualmente a una novela de ficción escrita en inglés por un ciudadano de la Commonwealth, Irlanda o Zimbabwe – del que he leído varios premiados y nominados – como Oryx y Crake o Vida de Pi. Así descubrí The Sense of an Ending de Julian Barnes, que ganó en 2011.

Resumen: Anthony, un hombre de unos setenta años, ha vivido de forma apacible y se siente satisfecho, recordando los tiempos de su juventud. Un día descubre de que la madre de una novia que tuvo en la universidad, Veronica, le ha dejado en herencia quinientas libras y el diario de Adrian, uno de sus mejores amigos del instituto. Ésto le forzará a volver a reexaminar su vida y sus recuerdos.

Opinión: The Sense of an Ending (se podría traducir como 'El sentido de un final') es una novela corta, de unas ciento cincuenta páginas, que parece estar estructurada como una novela de misterio – el protagonista se encuentra con una situación enigmática y empieza a investigar – pero va mucho más allá que eso. Está narrado siempre desde el punto de vista de Anthony que, a lo largo de su retorno al pasado, trata de varios temas, centrándose especialmente en dos.
Uno trata sobre las distintas actitudes que puede adoptar una persona en su vida, sea activo o pasivo. El narrador, a través de las palabras de su amigo Adrian, lo describe oponiendo la 'acumulación' de experiencias y el crecimiento. ¿Es posible tener un control sobre su vida? ¿O los eventos que la marcan se nos son impuestos por una cadena de reacciones, o al azar, que somos incapaces de evitar? ¿O quizás dejamos que éste mecanismo tome todas las decisiones por nosotros? Anthony cree que ha tenido una vida normal, tal como había querido, pero va a darse cuenta de que ha dejado pasar su vida, siguiendo el curso que le marcaba sin tomar parte en ella. Parte de esta discusión deriva hacia el tema del suicidio – un par de personajes deciden quitarse la vida en la novela –, sobre sus diferentes causas y las visiones que se tiene de éste. 
El otro, el que es sin duda el tema más importante de The Sense of an Ending, es el de la memoria. Se introduce en las primeras páginas a través de una clase de Historia cuando el protagonista iba al instituto, y las frases que recuerda de ésa hora se repiten en eco a lo largo del libro. ¿Qué es la memoria? ¿Qué son los recuerdos? ¿Son realmente fiables? La primera parte de la novela consiste en el recuerdo que tiene Tony de sus años de instituto y de universidad – sus amigos, su novia, etc –, qué memorias tiene, qué cree que pasó realmente o cómo lo recuerda ahora respecto a lo que podría haber pasado. En la segunda parte de la novela el narrador descubre varios puntos de vista respecto a los mismos eventos de personas distintas, pero cercanas a él. Ésto le hace poner en perspectiva todo lo que creía que había sido su juventud y la concepción que tenía de él mismo durante esos años.Y con esta revelación también deja a los lectores con las mismas preguntas – tanto para los ya mayores como para los jóvenes. 
De esta forma, aunque la novela no sea tan larga como para desarrollar grandes carácteres, el lector tiene la sensación de que los personajes son muy complejos y para nada planos ya que cambian muchísimo, el joven 'yo' que recuerda Tony, el que recuerdan los demás, y quién es él ahora. Además, todo esto está escrito de forma brillante por Barnes. El autor es completamente capaz de transmitir el sentimiento de pena por una vida perdida, la nostalgia de mirar hacia atrás y pensar que aún se es capaz de cambiar el pasado y el futuro, y el dolor de comprender como uno se ha autoengañado para poder vivir con el pasado y poder avanzar en su vida.

Éste libro me ha encantado y se ha convertido en uno de mis favoritos. Yo lo empecé sin tener idea de lo que trataría, y me sorprendió gratamente – existe una edición en castellano a cargo de Anagrama–, espero que la reseña no le estropee la lectura. De verdad, es un libro escrito de una forma tan delicada y bella, que transmite tan bien los sentimientos del narrador y... es simplemente genial.

18 nov 2012

Reseñas Express #3


Después de haber leído Homenaje a Cataluña de George Orwell tenía muchas ganas de leer otros textos de autores que hubieran participado en la Guerra Civil española. Por casualidad encontré La esperanza de André Malraux. Hay algo terrible en formarse expectativas (concretas) sobre un libro, ya que cuando se ven defraudadas también suelen arruinarte la lectura. En mi caso, esto ayudó a que perdiera mucho interés por la novela. Me pareció extremadamente aburrido, poco interesante, sin ninguna capacidad de captar la atención del lector. Malraux sigue a varios personajes que son miembros del ejército republicano a lo largo de casi toda la Guerra Civil. El principio es bastante trepidante, pero luego es incapaz de mantener esa tensión. Sin embargo, esto no significa que no esté bien escrito. La novela alterna episodios de acción – batallas terrestres y aéreas, sitios, etc – y otros más pausados, que dan pie a conversaciones entre los personajes sobre la guerra, la revolución (y su naturaleza), los problemas dentro del bando republicano, y éste tipo de temas. Ésto fue lo que más me interesó de la novela, tiene reflexiones bastante interesantes (y algunas un tanto pedantes). Pero lo que cuenta es que, en todo momento, el autor utiliza un lenguaje muy poético, llenando la prosa de vivas imágenes a través de metáforas. A pesar de todo esto el libro no consiguió convencerme. No me encariñé con los personajes ni sentí ningún interés por el desarrollo o desenlace de la trama.


Por Sant Jordi me regalaron la novela La vida ante sí (La vie devant soi) de Romain Gary, un escritor francés bastante popular del cuál no había leído nada hasta ahora. La novela, de unas 270 páginas, está escrita en primera persona, desde el punto de vista de Momo, un niño abandona por su madre, una prostituta,  y que desde que tiene memoria está a cargo de Madame Rosa, mujer mayor se hace cargo de éste tipo de huérfanos. Momo nos cuenta sus años de vida junto a Madame Rosa, su única familia, en un barrio marginal de París. Así conocemos toda la fauna local, las prostitutas, la mezcla de religiones, los drogadictos, etc. Y con todo esto Momo, que nunca pudo ir a la escuela, pasa su infancia, que no es por lo menos infeliz. La novela está escrita en el estilo 'hablado', muy informal, utilizando argot y varias expresiones. Esto es lo más preciado de la novela, su forma única de describir un ambiente tan precario. A través de sus experiencias, demasiadas para un niño de su edad, Momo pone en cuestión las normas y lo que se cree 'correcto' en la sociedad de la época (los años '70) tratando temas como las enfermedades venéreas, el aborto o la eutanasia, pero también sobre la pobreza, la injusticia social y otros temas más 'elevados'. Es su forma de mirarlo, combinando la ingenuidad de un niño con su experiencia de 'la calle' que consiguen un efecto muy original, y darle la vuelta a muchas opiniones pre-concebidas.


Creo que he intentado leer unas tres veces El principito, que no conseguí acabar. Así que cuando me regalaron Vuelo nocturno de Antoine de Saint-Exupéry pensé que podría ser una buena forma de iniciarse al autor. El autor era piloto de vuelo – desapareció en 1944 – y en ésta novela utiliza su experiencia para relatar un momento de las vidas de tres personajes cuyo nexo es el aeródromo de Buenos Aires, dónde se recibe y envía el correo: el director, el inspector y el piloto. Ambos tienen personalidades muy definidas, muy trabajadas (a pesar de la brevedad de la novela), y a lo largo de la novela el punto de vista va cambiando. La novela está estructurada en capítulos muy cortos, pequeñas escenas, pequeños momentos y retazos vistos desde un personaje. Lo que es extraordinario de esta novela es cómo está escrita. El estilo de Saint-Exupéry es extremadamente bello, lírico, lleno de imágenes y ricas metáforas que evocan desde el paisaje visto por el piloto, pasando por las elocubraciones existenciales del ser humano, hasta la angustia del que está en tierra viendo el cielo estrellado (o nublado). Vuelo nocturno me ha parecido un libro excelente, breve pero intenso, y muy emocionante.

15 nov 2012

The Classics Club – Meme de Noviembre


Como ya va siendo costumbre, una vez al mes escribo un post contestando al meme de The Classics Club, un grupo de gente que se propone leer un mínimo de 50 clásicos durante un periodo de hasta cinco años. La pregunta de este mes es la siguiente:

¿Qué obra de tu lista de clásicos te intimida más? ¿Por qué?
¡Menuda pregunta! Bueno, la verdad es que de mi extensa lista de clásicos por leer hay unos cuantos que me dan 'miedo', es decir que dudo bastante a la hora de comprarlos, o retraso el momento de su lectura. Uno de los tópicos por los cuáles la gente evita leer clásicos es porque son 'pesados', o muy descriptivos o muy largos. Yo, como el resto de los mortales, sufro de los mismos prejuicios. Leer libros como Las uvas de la ira de Steinbeck – que es bastante largo, pero a la vez con un estilo bastante fluido, a parte de genial, y que engancha – me ha hecho perderle un poco el miedo a clásicos con estas características. Pero esto no quita que Los hermanos Kharamazov de Dostoyevsky (aunque ya haya leído Crimen y Castigo), con sus 800-1000 páginas, me de mucha impresión y que, aunque lo he visto en varias librerías, nunca me haya decidido a adquirirlo. Lo mismo me ocurre con ciertas obras de la literatura francesa o inglesa de la misma época, como The Man of Property (El Propietario) de John Galsworthy o Le Rouge et le Noir de Stendhal.
Pero hay otro tipo de libros 'clásicos' que me echan para atrás. Es el caso de La muerte y la primavera de Mercè Rodoreda que lleva más de dos años en mi estantería acumulando polvo. Me lo recomendó mi profesora de literatura – cuando aún tenía una, ¡qué tiempos aquellos – como un excelente ejemplar de literatura catalana. Sin embargo, me advirtió de que debía leer este libro en un momento de mi vida en el que estuviera completamente relajada y en perfecto estado de ánimo porque era una obra bastante particular – me dio algunos ejemplos para darme una idea más clara de a lo que me enfrentaría durante la lectura –, y sin duda deprimente. Con esto en mente cuesta animarse a leer algo así. Lo mismo me ocurre con Vía Revolucionaria de Richard Yates. Empecé a ver la película – protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet – y ya me pareció tan deprimiente que no pude ver más que unos quince o veinte minutos. Y ahí sigue el libro, yo sin atreverme a abrirlo. Ya que, aunque me emocione con historias tristes, saberlo de antemano y ciertos tipos de historias tristes, hace que me sea menos apetecible leerlas.

¿Y vosotros? ¿Hay algún clásico que queráis leer o que os hayan recomendado pero que intimida demasiado como para empezarlo?

12 nov 2012

The Devil's Whore


No sé como llegué a saber de esta mini-serie de cuatro capítulos del canal británico Channel 4 estrenada en 2008. Seguramente se deba a mi afición por las series históricas. De hecho, recuerdo haber visto el principio de esta serie hace un par de años por algún canal de televisión español, pero no pude aguantar más de cinco segundos debido a un terrible doblaje.

Resumen: La serie trata sobre la vida de Angelica Fanshawe (Andrea Riseborough, W.E.), una joven de noble alcurnia que, a pesar de vivir en el siglo XVII, no dejará que ningún hombre la domine. Angelica vive en unos tiempos muy turbulentos en Inglaterra y deberá valerse de su astucia y armarse de todo su valor para sobrevivir. Así pues conocerá a los grandes personajes de su época como John Lilburne (Tom Goodman-Hill), Thomas Rainsborough (Michael Fassbender, Shame, Un método peligroso) y Oliver Cromwell (Dominic West, The Hour, The Wire). 

Opinión: Antes de todo, no os dejéis 'espantar' por el título de la serie, que a mí al menos no me animaba a verla. No es una 'serie rosa' con tintes históricos. 
The Devils Whore abarca los años entre 1638 y 1660. A la mayoría de vosotros estos años no significarán nada, a mí al menos (cuando lo vi al prinicipio de la serie) no me pareció una fecha importante. Siempre se le ha dado mucha importancia a la Revolución Francesa y a la Guerra de Secesión Americana como pilares fundadores de las democracias modernas, pero se olvidan de que mucho antes existió la 'revolución' – y guerra civil – inglesa, que fueron los primeros en decapitar a su rey. Debo admitir de que, aunque conocía los grandes eventos de esos años, mi conocimiento de esta época de la Historia inglesa es más que superficial. Y gracias a ésta mini-serie he podido suplir parte de mi ignorancia –aunque admito que seguramente gran parte de la trama es completamente inventada.
De hecho, el personaje de Angelica Fanshawe es ficticio, y sirve para adentrarse en ésa época, en todos sus niveles. Al principio conocemos la corte del rey Charles Stuart (Peter Capaldi, In The Loop), pero pronto empiezan los problemas con el Parlamento. Por cierto, ¿sabíais que Inglaterra tiene parlamento bi-cameral desde 1341? Allí, están Oliver Cromwell y Thomas Rainsborough como diputados que comparten las ideas revolucionarias del escritor John Lilburne. 
El día de su boda con Harry Fanshawe es cuando el destino de Angelica queda unido al de estos tres personajes, junto al de Edward Sexby (John Simm, State of Play, Life on Mars), otro personaje histórico, un mercenario a sueldo del príncipe que queda prendado de la joven. 
Durante toda la serie somos testigos de la guerra civil, de las luchas entre los partidarios de Cromwell y Rainsborough y los fieles a la monarquía, luego las luchas internas entre Cromwell y Rainsborough, la guerra en Irlanda, la opresión a cualquier opositor de Cromwell, etc. Aunque las matanzas y sufrimiento del pueblo llano estén presentes a lo largo de los cuatro capítulos, no son lo principal, si no el ambiente en el que se mueve Angelica. A través de ella conocemos la sociedad de la época, desde los Levelers (los radicales de la época, que abogaban por el sufragio universal masculino y la igualdad de todos los hombres ante la ley) hasta los Ranters (una secta religiosa que renegaba de la Iglesia y de las Escrituras, creyendo que Dios se encontraba en todas sus criaturas, que debían escucharle dentro de sí mismos). 
Así pues la trama está llena de huídas, batallas y conspiraciones, pero también tiene lugar para las relaciones personales. Angelica es una mujer que quiere ser independiente, algo difícil en su tiempo, y su fuerte carácter le conseguirá enemigos, pero también la fascinación de muchos. Así que seguimos los amoríos de la protagonista, a la que llamarán 'the devil's whore' por su comportamiento que queda muy fuera de las convenciones impuestas a las mujeres de la época. En fin, que la trama es entretenida, tampoco puedo decir que enganche. A mí lo que me atrajo en particular fue su contexto, un período histórico extremadamente interesante y del que sabía muy poco. Las actuaciones están bien, cuentan con buenos actores, y me gustaría subrallar la interpretación de Cromwell por parte de Dominic West, del que cada vez me doy más cuenta de lo buen actor que es. Además, el vestuario (al igual que la fotografía) está muy cuidado y es toda una delicia. 

En conclusión, The Devil's Whore es una buena mini-serie histórica, de buena calidad como la que nos tiene acostumbrados la televisión inglesa, muy entretenida e interesante. Quizás no sea una obra que me haya impresionado o que sobresalga en guión o actuaciones, pero está excelentemente realizada. Muy recomendable para quién le guste el género o esté interesado en conocer algo más de la historia de éste país.

11 nov 2012

Downton Abbey (3ª Temporada) o como destrozar una serie decente


Éste no será el típico post de mi blog, no lo será porque normalmente lo escribo en un estado de ánimo bastante tranquilo y ésta vez estoy más que mosqueada con Julian Fellowes, el guionista de Downton Abbey. Por lo tanto, no habrá un análisis sopesado de la temporada y, aunque bien señalados, habrán spoilers. 
Hace unos días terminó la tercera temporada y puedo asegurar perfectamente de que ya no veré ni un sólo capítulo más de la serie, ni siquiera del de Navidad (porque, seamos sinceros, nada ocurre en esos capítulos, y mejores cosas tengo yo que hacer durante las fiestas, como ver mejores series). 


Para quiénes no conozcáis Downton Abbey os refiero a mi reseña de la primera temporada, pero, en general, trata sobre la vida de señores y criados en una gran casa inglesa. La tercera temporada se sitúa en los años veinte y... espera... ¿dónde está el contexto histórico? Lo único que sabemos es que hay problemas con Irlanda, que ha habido un 'cambio' después de la primera guerra mundial (qué cambio es, esto ya no lo especifican) y un atisbo de la nueva música. Lo que, comprada con la 2ª temporada, es bastante pobre. Porque, aunque la Gran Guerra fuese un shock para la sociedad inglesa, los años siguientes fueron toda una transformación, a la que la serie tan sólo alude.
Si, para mi gusto, la 2ª temporada ya derivava demasiado hacia el género culebrón, en la 3ª ya ni hacen amago de querer contruir tramas con alguna consistencia. 
La historia entre Mary (Michelle Dockery, The Hollow Crown) y Matthew (Dan Stevens, Sentido y Sensibilidad) ocupa, aproximadamente, un 60% de cada capítulo, con escenas totalmente irrelevantes, aburridas y repetitivas. Siguen saliendo pequeños problemas cuya resolución es ridícula y que se prolonga demasiado en el tiempo.
Digamos que un 10% de la trama se centra en Anna (Joan Froggat) y Bates (Brendan Coyle). Éste sigue en prisión y le pasan 'cosas' ahora, por qué motivo deciden cebarse con él, ni qué es exactamente lo que traman, nunca llega a entenderse. Cuando no está en la cárcel él y Anna siguen siendo la pareja más ñoña que conozco, peleándose por quién quiere más a quién. Soy sincera cuando digo que, siempre que podía, me saltaba tal cuál sus escenas. 
Del restante, creo que un 10% se reparte entre Cora (Elizabeth McGovern), Robert (Hugh Bonneville) e Isobel (Penelope Wilton, El exótico hotel Marigold, Doctor Who), que más o menos están ahí... Robert ha sido un personaje completamente inconsistente a lo largo de la temporada. Pasa de ser alguien odioso, un ultra-conservador tradicionalista, a ser una persona extremadamente tolerante para la época. Y esto de un capítulo a otro, no hacía más que ganas en sorpresas.
Un 10% se lo llevan el resto de criados, con tres novedades: dos lacayos – Jimmy (Edd Speelers) y Alfred (Matt Milned)– y una ayuda de cocina, Ivy (Cara Theobold) que, junto a Daisy, se llevan una especie de cuarteto que no entiendo muy bien a qué viene, y que al final no se resuelve (cuando ya encuentran otros temas más interesantes con los que rellenar el tiempo). 
El 10% restante, sí sigo con buenas facultades para sumar, se lo reparten entre los Branson – el feliz matrimonio de entre Tom Branson, el antiguo chófer, y Sybil Crawley– y tramas que van apareciendo y desapareciendo al azar, como el personaje de Rose en el último capítulo (por favor, que alguien me explique qué hace allí), la trama de Ethel (Amy Nuttal) o la pobre Edith (Laura Carmichael), a quién sólo le dan protagonismo de vez en cuando. Hablando de Edith, aunque ésta parte de su historia sólo durase menos de 10 minutos, Fellowes podría haber disimulado un poco más sutilmente su absoluta similitud con Jane Eyre.
 Pero hablemos de los Branson, mi pareja favorita. Dividiré mis comentarios en dos partes, la segunda continiene spoilers de un tamaño considerable.
En la primera parte de la temporada los Branson vuelven a Downton recurrentemente, en ocasión de ciertos eventos sociales. Sobretodo al principio se hace sentir la tensión entre Tom (Allen Leech, Roma) y el resto de la familia. Él intenta adaptarse lo mejor que puede a su situación, contando con el apoyo de Sybil (Jessica Brown-Friday, Misfits, Black Mirror). y la amistad de Matthew Crawley, intentando mantener sus opiniones pero a la vez sin querer distanciar aún más a su esposa de su familia. Por supuesto, también hacen acto de presencia la lucha en Irlanda por la independencia, y la implicación que tiene Tom en ella. En ésta parte supongo que debo atribuir a las opiniones personales del guionista que las acciones de Branson parezcan un tanto inmaduras y las revueltas irlandesas en general monstruosas. 
¡STOP! Aquí empiezan los spoilers.
Pero no es nada comparado con lo que ocurre después del fallecimiento de Sybil. Dejando a un lado el mecanismo utilizado para matar al personaje, la evolución, no, la destrucción del personaje de Tom Branson es una de las cosas que más me ha dolido. Ah, y también dejaremos de lado la cantidad de veces que se ha justificado algo con 'es lo que Sybil hubiese querido', le dan más importancia a sus opiniones cuando está muerta que en vida. En fin, en la primera temporada se nos presentaba un joven irlandés nacionalista, sí, pero sobretodo preocupado por la gran desigualdad en el Reino Unido, queridendo hacer algo para remediarlo, sea a través de la política o del periodismo. Aunque su 'encierro' en Downton Abbey – que a veces parece una casa encantada, que atrae a los personajes y acaba atándolos a ella, como con Mary y Matthew – sea comprensible mientras Sybbie aún sea pequeña, esto no justifica el hecho de que, no sólo parece haber dejado un lado todas sus aspiraciones, si no que vuelva a trabajar para los Crawley... ¡gestionando su hacienda! (y al menos podría haber puesto en marcha algunas de sus ideas "revolucionarias" para cambiar las cosas, pero no). Hay unos límites a la adaptación y para el cambio de un personaje. Y ver a Tom olvidando sus principios, y una de sus pasiones, pues me duele, porque era uno de mis personajes favoritos. 
Aquí terminan los spoilers.

Concluyendo, aunque la condesa viuda (Maggie Smith) siga teniendo intervenciones geniales y su 'duelo' de dos capítulos con la madre de Cora, Martha Levinson (Shirley MacLaine), esto no consigue compensar el indudable empeoramiento de la calidad de la serie. Claro que los escenarios y el vestuario siguen siendo una preciosidad, pero las tramas de los personajes se han convertido en algo ridículo e inconsistente. Ridículo porque cada vez se parecen más a culebrones – con intensas miradas de odio y sorpresa incluídas –, con recursos y soluciones fáciles. Inconsistente porque parece olvidar cualquier tipo de rasgo previo de los personajes, moldeándolos según le conviene para seguir una cierta trama. La primera temporada de Downton Abbey me pareció buena y muy decente, en la segunda le perdoné ciertas cosas porque el romance entre Sybil y Tom (por muy poco tiempo que le dedicaran por capítulo) compensaba cualquier otro defecto, que era incapaz de ver. Pero la tercera me ha obligado a abrir los ojos y a decidir no seguir viendo la serie.  

9 nov 2012

El libro de los niños de A. S. Byatt


Después de leer Posesión de A. S. Byatt tuve muchísimas ganas de leer algo más de la autora, así que en Sant Jordi me hice con The Children's Book, que ya me habían recomendado al comprar la otra novela. 

Sinopsis: Todo empieza en 1895, en el museo Victoria &Albert de Londres, cuando Tom Wellwood y Julian Cain – dos pre-adolesentes de familias bienestantes– encuentran a Philip Warren – otro chico de su misma edad, pero que ha huído de su casa y se esconde en los subterráneos del museo. Éste encuentro unirá para siempre la suerte de varias familias, llegando hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

Opinión: El libro de los niños transcurre durante el final de la era Victoriana y durante todo el reino de Edward VII y parte del de George V. Tal y como lo narra Byatt, se pasa de la moral 'represiva' a una ambiente mucho más destendido, animado por un rey a quién le gustaba divertirse a lo grande. Y esto se ve notablemente en los personajes.
La mayoría nacieron y vivieron su infancia bajo el reinado de Victoria, aunque en un entorno muy particular. Tanto los Cain como los Wellwood (o su mayoría) forman parte de una élite progresista que se preocupaba por el devenir de los menos afortunados. 
Philip Warren conocerá a los Wellwood, una familia con un padre banquero – pero que escribe artículos polémicos bajo pseudónimo– y una madre que escribe cuentos para niños. Así pues, los siete hijos (Tom, Dorothy, Hedda, Phyllis, Florian, Robin y Harry) han crecido en un entorno mágico, en el que cada rincón puede suponer el inicio de una aventura. La otra rama de la familia está compuesta por Basil – banquero– y Katharina Wellwood, con sus dos hijos, Charles y Griselda. También entran en el juego Prosper Cain – que tiene un alto cargo en el museo – y sus dos hijos, Julian y Florence. Y además también están los Fludd, con Benedict Fludd – un artista de la cerámica – como patriarca junto a su mujer, Seraphita, y sus hijos Geraint, Imogen y Pomona. Y eso sin contar todos los demás personajes que se van incorporando: Violet, Arthur Dobbin, Frank Mallet, Elsie, August Steyning, la familia Stern, Marion Oakshottt, la familia Methley, Toby Youlegrave, etc. Parece un auténtico festival de personajes, ¿verdad? De hecho, al leer éste libro me venía a la cabeza la imagen de cuando se moja levemente la punta de un trozo de papel, y cómo el agua lo va invadiendo todo. Empezamos con un reducido set de personajes que va incrementando a medida que los conocemos más, y por tanto a más gente de su entorno. Debo admitir que ya a buen comienzo de la novela me hice un esquema con las relaciones entre personajes y familias porque veía venir que mi cabeza era incapaz de retener tanta información. Pero es cierto que sólo lo utilicé tres o cuatro veces porque Byatt da voz propia a cada uno de los personajes y acaba resultando sorprendemente fácil acordarse de cada uno de ellos, quiénes son, qué es lo que quieren, etc. De hecho, el punto de vista cambia con bastante rapidez a lo largo del libro, pasando de un personaje a otro, y cambiando de lugar. 
La trama... ¿hay trama? En realidad el hilo conductor de todo son las vidas de los personajes, no hay misterio, ni nudo, ni problema, simplemente unos veinte años de vida. Pero eso no significa que sea aburrido. Byatt nos pasea por la Inglaterra de la época, dándonos a conocer los eventos políticos, económicos, sociales y culturales que la marcaron. Su estilo es muy meticuloso, muy cuidado y rico en detalles. Pero – al contrario de Posesión – eso no implica que sea denso, en absoluto. Eso sí, es de lectura lenta, ya que es esencial para disfrutar de su lectura submergirse en los detalles, en el ambiente que crea la autora.
Otra imagen que me veía a la mente era el ir quitandóle capas a los personajes, a las apariencias. Byatt dirige y administra magistralmente la información – la cuantidad, la calidad y el momento – que da al lector sobre los personajes para quizás asemejarse más a lo que requería la época. A finales del siglo XIX las apariencias y la reputación aún regían la sociedad inglesa – y toda sociedad occidental –, por lo que lo que se veía de puertas para fuera podía distar mucho de la realidad en el interior de una familia, incluso entre miembros de la misma. Así que, al principio, la autora presenta lo que ve Philip, lo que le cuentan, y lo que saben algunos de los niños. A medida que crecen y avanza la historia, junto a ellos se descubren muchas cosas ocultas y que parecían impensables a primera vista. Incluso los personajes adultos esconden hábilmente datos que van revelando a cuenta-gotas. Pero éste no es el tema principal de la novela, al menos desde mi punto de vista.
Los personajes están a caballo entre dos épocas, la del glorioso Imperio de la reina Victoria, con su moral establecida, y la del principio de la 'decadencia', pero también de la era moderna. Algunos personajes se adaptan fácilmente a las circunstancias cambiantes, otros lo ven como una oportunidad, y otros se quedan atrapados, sin saber qué lugar ocupar en éste mundo que no reconocen. La evolución de los niños, tan consistente con el carácter que empezamos a descubrir al prinicpio de la novela, es tremendamente interesante. Como luchan por saber qué quieren hacer con sus vidas, o cómo se dejan llevar por la corriente, incapaces de tomar una decisión. 
También tiene mucho protagonismo el papel de la mujer y la búsqueda de independencia por su parte. No sólo a través del movimiento sufragista, pero también a la hora de estudiar, trabajar, y en el ámbito de las relaciones. Las protagonistas femeninas más jóvenes pronto descubren que quieren más de la vida que casarse – lo que parece ser el fin último preparado para ellas –, aunque no saben muy bien cómo. Los estudios parecen el camino adecuado, y a lo largo de su desarrollo también vemos movimientos feministas, y discursos de la época. Pero algo que las protagonistas (y el lector) comprende es de que algo indispensable para ser completamente independiente es tener el control (y libertad) sobre su cuerpo. Byatt examina concienzudamente la sexualidad de aquella época y las consecuencias de que fuese tan reprimida, la desinformación de las jóvenes y el castigo social que se imponía a las que no seguían las reglas.

En conclusión, El libro de los niños es una buenísima novela de ficción histórica, muy bien escrita. Quizás no sea un libro que 'enganche' en el sentido literal de la palabra, pero su prosa, los personajes y el mundo que describe Byatt te atrapa por completo.

6 nov 2012

Sueños de Felicidad de Lisa See


Éste septiembre anuncié que me unía a la iniciativa que proponía Priceminister a la comunidad blogger de escoger el mejor libro de 2012 (editado en español). Los libros que proponían eran los siguientes: Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron, Baila,baila,baila de Haruki Murakami, Danza de Dragones de George R. R. Martin, Cuando todo cambió de Donna Milner, Diario de invierno de Paul Auster, Entra en mi vida de Clara Sánchez, La hora del mar de Carlos Sisí, La llave del destino de Glenn Cooper, Las tres heridas de Paloma Sánchez Garnica, El Invierno del mundo de Ken Follet, El Ángel Esmeralda de Don Delillo y Sueños de Felicidad de Lisa See. La opción que se me hacía más atractiva era ésta última y, en cuando recibí el libro, me puse enseguida a leerlo.

Sinopsis: Sueños de Felicidad empieza dónde acabó Chicas de Shanghai. En 1957, Joy acaba de descubrir de que, la que hasta ahora creía que era su madre, Pearl, es en realidad su tía. May, su verdadera madre, ha vivido siempre con ella, ocultando la verdad. Además, también sale a la luz que su verdadero padre, un artista llamado Z.G., está seguramente en Shanghai. Así que, Joy huye de casa, en búsqueda de su padre, hacia la República Popular de China. En cuanto Pearl lo descubre, decide seguir a su hija.

Opinión: Ante todo debo confesar que no he leído Chicas de Shanghai. De hecho, al pedir este libro, no tenía ni la más remota idea de que se trataba de una segunda parte. De todas formas, esto no ha sigo ningún impedimento para poder seguir bien la trama. Eso sí, a precio de leer unos cuantos spoilers y el desenlace del primer libro, pero, curiosamente, no me ha desanimado a leer Chicas de Shanghai
Creo que el hecho de que Lisa See haya escogido 1957 como fecha para el viaje de Joy no es, ni de lejos, casualidad, ya que coincide con el Gran Salto Adelante. Se trató de conseguir industrializar a China, lo que tuvo desastrosas consecuencias. Pero me estoy adelantando.
Joy y Pearl llegan con desfase a Shanghai y, de esta forma, van encontrándose y separándose a lo largo de la novela. Esto permite dar dos puntos de vista de lugares diametralmente opuestos de la China: la ciudad y el campo. 
En Shanghai, Pearl cuenta su experiencia en la ciudad que conoció hace veinte años y que ahora es una total desconocida, aunque ciertos recuerdos del pasado siguen presentes en su vida y le recuerdan lo que antaño fue. ¿Cómo era el día a día? ¿Qué restricciones tenían? Y, sobretodo, ¿cuán diferente era la vida del ciudadano medio comparada con la de un alto cargo del partido? Todo esto nos ofrece el personaje, y mucho más. 
fuente
Por su parte, Joy pasa la mayor parte del tiempo en una aldea recóndita de China, trabajando como campesina en una comuna. Es a través de ella que conocemos el funcionamiento de las comunas y de aquellos pequeños pueblos tan alejados del centro de poder, donde aún persisten los odios, envidias y costumbres de antaño, por mucha Liberación o Nueva Sociedad. La autora muestra como éstos están profundamente arraigados en los personajes, más allá de lo que puedan decir sus palabras – incitados tanto por su ideología, tanto por la necesidad de aparentar a causa del miedo de ser denunciado –, les traicionan a largo plazo sus actos. En un primer momento, Joy experimenta la vida del campo, algo muy diferente a lo que está acostumbrada, pero que encaja, más o menos, con la visión que tenía desde los Estados Unidos, de la RPC. Sin embargo, cuando ya está irremediablemente atada al lugar, es durante el peor momento del Gran Salto Adelante. Esta es una parte importante de la novela, sin duda la más dura y 'difícil' de leer, porque Lisa See no nos ahorra ningún detalle, ni es amable con el lector salvándole de alguna consecuencia escalofriante de la Gran Hambruna. Sólo para daros una idea, se estima que ésta hambruna – causada por el fracaso de las medidas del partido, junto a una serie de catástrofes naturales que empeoraron las ya escasas cosechas – se cobró la vida de entre 18 y 32 millones de personas. Y ésta situación tan extrema es la que la autora describe de una forma brutal. Sin duda, aquí es cuando su estilo da más fuerza a la narración. Si bien, su forma de escribir, su ritmo en las frases, no me acababa de convencer en los inicios de la novela, se convierte en una pieza esencial de esta parte. No utiliza metáforas, ni eufemismos, y los escasos recursos literarios empleados acentúan – por su impacto visual, en la imaginación, y también resaltando por su escasez – la dureza de aquellos tiempos. El hecho de tener un estilo llano y directo no hace más que cortar limpia y finamente en los sentimientos del lector, sin trabarse en sentimentalismos, bastante drama se encuentra en los hechos de por sí. 
Y, justamente, a consecuencia de esto viene uno de mis 'peros' a la novela. Si estáis interesados en leerlo, sugiero que os saltéis el siguiente párrafo ya que, aunque no contenga elementos clave del desenlace, sí que trata sobre éste. El desenlace me decepcionó por ser demasiado 'made in Hollywood'. Después de todas las penurias y dificultades por las que pasan los personajes, que son prueba de lo corruptos que eran los funcionarios de la época y de lo difícil que era ni siquiera desplazarse dentro del país, el final me parece poco consistente con esto.
Ahora pasemos a hablar de los personajes. Al ser Joy y Pearl las protagonistas, y las narradoras de la historia, tienen una situación privilegiada y el lector observa de primera mano su evolución. Aunque quizás la más marcada sea la de Joy – de un idealismo cegador, pasando por la amarga desilusión, hasta el hallazgo de una nueva fuente de felicidad –, el de Pearl es quizás más sutil. En éste libro parece que Pearl se reconocilia con su pasado, que había dejado atrás para olvidar (pero no perdonar) y, por ende, con su hermana May. Además, hay todo un elenco de personajes procedientes de China que también valen la pena mencionar. Los personajes de la ciudad son, la mayoría, viejos conocidos de Chicas de Shanghai que los lectores se alegrarán de volver a encontrar y de seguir sus vidas. Los que se encuentran en el campo son bastante variopintos, pero transmitiendo un aspecto importante de aquél tipo de comunidades. Algo que a mí me sorprendió bastante fue que, en la descripción del carácter de los personajes, predominara su signo del Zodíaco. No sólo que los personajes, al proceder de esa cultura, hicieran constantemente referencia a ello (cosa que, en ocasiones, llegaba a enervarme ligeramente), si no que las características del signo al que pertenecen los personajes son completamente consistentes respecto a estos. Sus actos reflejan por completo los defectos y virtudes del signo al que pertenecen, y eso no me acabó de convencer (pero admito que es interesante), a parte de que algunos me parecieron un poco previsibles. 

En conclusión, Sueños de Felicidad es un libro que recomiendo a cualquier interesado en la historia de un país tan increíble, y a la vez un gran desconocido para la mayoría, como la China. Es sin duda un libro entretenido, con unos personajes interesantes y un entorno muy bien recreado gracias a la diligencia (y gran documentación) de Lisa See. Sin duda, me han dado ganas de leer el primer tomo, Chicas de Shanghai.

3 nov 2012

El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon


He visto incontables veces esta novela en las librerías, pero el título nunca me pareció lo suficientemente atrayente como para girar el libro y leer la sinópsis. Si lo hubiera hecho seguramente tampoco lo hubiera comprado. Pero me lo regalaron por mi cumpleaños y así tuve oportunidad de leerlo, sin tener ni idea de lo que trataba.

Resumen: Christopher es un adolescente de 15 años con síndrome de Asperger, un tipo de autismo que normalmente también implica una gran facilidad para las matemáticas. Se podría decir que Chris es extremadamente inteligente, pero sin ninguna capacidad para la empatía. Piensa y se rige por una lógica que puede parecernos extraña, como decidir que si ve cinco coches rojos seguidos tendría un día fantástico. Chris vive con su padre una vida bastante tranquila, tiene planes muy claros para su futuro, pero todo cambiará cuando una noche vea el cadáver del perro de su vecina en el jardín.

Opinión: El libro está estructurado en capítulos cortos, de no más de quince páginas, enumerados con números primos consecutivos (2, 3, 5,  7, etc), que representa estar escrito por el mismo Christopher. El libro empieza con el asesinato del perro, lo que le da la ocasión para no sólo desarrollar una 'investigación' si no también para exponer lo que ha sido, y es, su vida. 
De hecho, lo esencial de la novela es entender como piensa, qué siente, un niño sufriendo de este trastorno. Y creo que el autor, Mark Haddon, lo consigue. Muchas veces la narración no se centra en sus pesquisas para encontrar el asesino del perro, si no en su día a día o simplemente pensamientos que se le ocurren. Así pues, el libro está lleno de dibujos, esquemas, pero también de fórmulas matemáticas y formas geométricas. No hay que asustarse, aunque hay un par de cosas que quizás resulten algo complicadas para el lector medio, entenderlo no supone parte esencial e indispensable de la historia. En realidad no son más que otras muestras de la personalidad del protagonista, para demostrar que su cerebro está lleno de problemas matemáticos, a los que recurre para calmarse. En efecto, Chris es un chico bastante inestable, que entra en pánico cuando se encuentra en una situación o lugar desconocido. Él no puede soportar ir a lugares nuevos ya que supondría una sobrecarga para su cerebro, que examina todo lo que hay a su alrededor. Y en esta novela el pobre adolescente deberá enfrentarse a situaciones que pondrán, cada vez más, en peligro su apaciguada existencia. 
El estilo del libro sigue completamente el hilo de pensamientos de Chris, que el autor consigue capturar a la perfección. Es algo que me sorprendió a mí misma, leyendo situaciones que a cualquiera de nosotros nos parecerían la mar de normales (conversar con un vecino, ir en metro, etc) para él significan un alto grado de estrés y consigue transmitir esta angustia al lector de una forma increíble. Quizás Chris es incapaz de reconocer los sentimientos de los demás a través de sus expresiones faciales, pero el lector encontrará muy fácil empatizar con él y meterse en su piel. 
Dicho esto, el libro en sí no es un "gran" libro. La trama del 'misterio' no es más que una excusa para poner a Chris bajo cierta presión y obligarle a enfrentarse a ciertas cosas, pero no es nada entretenida, ni hará que leas con avidez para saber el desenlace. De hecho, creo que si fuese narrado por una persona que no tuviera síndrome de Asperger, rápidamente resolveríamos el misterio y nos anticiparíamos a las sorpresa que depara Haddon para su protagonista.

En conclusión, El curioso incidente del perro a medianoche es un buen libro, muy interesante si se quiere indagar sobre lo que supone tener síndrome de Asperger. Se nota que el autor se ha informado mucho del tema ya que consigue hacer que el lector se implique completamente con el personaje. Pero creo que lo mejor es no tener ningún tipo de expectativa sobre el libro. No es un libro de misterio, ni es la típica novela para jóvenes/adolescentes. Es algo distinto y ha de saber apreciarse más allá de preconcepciones de género.
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