Hace poco volví a ver El club de la lucha (1999) y me pareció que era una película extraordinaria.
El protagonista (Edward Norton), un treitañero que trabaja para una compañía de seguros, sufre de insomnia y, de casualidad, descubre que infiltrándose en los grupos de ayuda y llorando puede conseguir dormir. Allí conoce a otra "turista", Marla(Helena Bonham-Carter), con la que tendrá una extraña relación.
Pero el encuentro que cambiará su vida sera cuando, en un viaje de negocios, conozca a Tyler Durden (Brad Pitt), un singular hombre que lo pondrá todo patas arriba.
La trama es muy original, al igual que sus personajes que, aunque sean algo pintorescos, son totalmente creíbles. Aunque el argumento de un "club de la lucha" pueda parecer algo superficial y típico, las reflexiones implícitas (y no tan implícitas) que nos propone la película no son nada triviales. A través del contrapunto de los dos protagonistas y de sus opiniones, se pone en duda la sociedad consumista en la que vivimos. Todo esto, por supuesto, al margen de la violencia que propone Tyler que, si estuviera muy ligado, desestabilizaría cualquier tipo de argumento. Aquí, se mezclan la intriga y acción con reflexión, ofreciendo entretenimiento e introspección.
Además, los diálogos están muy bien logrados y son coherentes dada la enrevesada y compleja historia, dejándonos algunas perlas:
-The things you own end up owning you.
-I am Jack's wasted life.
La estética de esta película también supuso una novedad. En efecto, no sólo la forma de grabar, pero también la disposición de las escenas: la belleza de lo corrupto.
En lo que concierne a los actores, se ha de remarcar el gran trabajo de Brad Pitt y, en mi opinión, sobretodo el de Edward Norton que plasma con gran realismo el carácter ambiguo del protagonista. Sin embargo, quién no me acaba de hacer el peso -tanto el personaje como la interpretación- es Helena Bonham-Carter y su Marla. El aspecto físico del personaje es simplemente escalfriantemente perturbante, es lo más parecido a un muerto viviente que he visto. Y el personage, que podía llegar a tener también sus complejidades, se queda en un segundo plano y, válgame la redundancia, más "plano" que nunca.
En conclusión, para mí Fight Club es una película de culto, no tan sólo por las innovaciones que dio al séptimo arte, pero también por los profundos pensamientos que transmite al espectador sobre algunas de las cosas absurdas que nos rodean. Sin embargo es cierto que ciertos aspectos de la película pueden parecer algo delirantes y son sin duda poco creíbles, pero creo que es una forma también de, sin poner mal los argumentos del protagonista, condenar las acciones demasiado radicales de Tyler.
Sin duda, recomiendo (y mucho) esta película, siendo de mis favoritas.
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